30.12.08

Fact XI.

Soy creadora.

Ofelia.

Por una sola vez, por una sola, no intento definir nada, ni aclarar nada, ni espero nada.
Me limito a flotar y volar y dejarme llevar, a mirar y hablar y sonreírnos, a besar y saltar y empezar la cuenta atrás.
Porque ahora mismo, lo único que quiero es esto.




[Y sigo teniendo flashes de futuro, o de futuro pasado, pero ya todo da igual porque el presente es lo que tengo y lo que quiero.]
Mi cuerpo es una máquina imperfecta.
No corre rápido, no arroja con fuerza. Se cansa enseguida. Está deformado por mi estilo de vida.
Pero lo mueve algo grande. Algo que no le da tregua, algo que no le deja disminuir el ritmo, algo que no deja que pare, algo que lo empuja hacia delante aunque duela, aunque desfallezca, aunque ya no pueda más.
Algo que lo hizo recorrer 250 km en bicicleta y darme cuenta de que no tengo límite.

Realidades alternativas.

Durante un segundo, deseé que nada hubiese sucedido. Quedarnos en mayo, en ese último día ideal. Sin Bremen, ni Londres, ni compromiso, ni conviviencia, ni exclusividad.
Pero entonces me di cuenta.
Lo mejor fueron esos cinco meses.
Donde tuve lo mejor y lo peor de él, donde tuvo lo mejor de mí.
No cambio por nada las conversaciones a oscuras, las lágrimas, la televisión abrazados, su cuerpo en mi cama, las risas, los paseos, su mano en la mía, sus arruguitas, cada centímetro de él.
Porque eso me hacía feliz.

29.12.08

Felicidad feroz.

Podríamos llegar muy lejos
si todo fuese distinto.

Y ese es el problema. Que no lo entiende. Que no entiende lo que quiero. Que no quiere lo que quiero.
Y que no sabe que me inmolo al lado suyo, que mi corazón empieza una cuenta atrás cada vez que me mira, que me vendo a su postor, que pisoteo mi orgullo, que dejé de morderme los dedos y ahora me golpeo contra la pared, que la vida, señores, no es nada sin él.
Ya lloré todo lo que tenía que llorar. Pero a cada pasito que da dentro mío, va metiendo más lágrimas, más gritos.
No puedo escapar de él, porque no quiero. Porque sería escapar de mí misma. Porque los días son grises y los domingos pesadillas. Porque ya no sé ser yo si no es con él. Porque estamos enredados, mezclados.
Y quiero seguir así.
Aunque después mil dagas me atraviesen, aunque me duerma llorando cada noche durante el resto de mi vida, aunque maldiga el momento en el que lo conocí.
Porque vale la pena. Vale la pena sentirme viva durante un momento.

Con voz de caballero.

-¿Todavía quieres que te rescate?
-Sí
(...)
-Voy en tu busca, princesa.

Luse.

"Love" and "lust" have both four letters.
So I'm in luse.


Dos personas caben en cuatro letras.

28.12.08

Kiss kiss bang bang.

"Había que hacerlo"

"No recordaba que esto fuese tan bueno"





Hay ciertas cosas que deberían prohibir por adictivas.

27.12.08

Kaboom!

Fui su detontante.
Su catalizador.
Y eso me hace sentir más mareada de lo que debería.

25.12.08

Firestarter.

Tengo necesidad de...
Necesito...
Estoy tan perdida...
Sé a donde quiero ir, pero no dónde estoy.
Y esto resuena en mi cabeza.
Y doy vueltas en la cama, y sueño con discos de vinilo y bibliotecas, y no puedo respirar, y me pongo vestiditos, y pienso, y planeo situaciones que nunca sucederán, y de repente me da miedo arriesgarme, saltar.
Miento, engaño, oculto a quienes me quieren. Quiero salir corriendo y refugiarme en los brazos de alguien que no pregunte, que no cuestione, al que no le tenga que contar nada.
Estoy aterrorizada por lo que pueda venir, por el mundo real, fuera de este limbo navideño lleno de turrón de chocolate y familia.
Tengo responsabilidades que cumplir, tengo un piso vacío, una cama vacía, una habitación llena de recuerdos que debo decidir si guardar o dejar, tengo la misma historia que contar una y otra vez, tengo miradas que aguantar, tengo relaciones que re-descubrir, tengo sofá y tele los fines de semana, tengo sexo con semi-desconocidos, tengo chocolate, tengo lágrimas, tengo auto-reproches, tengo un teléfono ajeno que tendré que devolver.
Y no sé qué voy a hacer. No sé cómo salir del mundo de Nunca Jamás y volver al mundo real, a mi mundo, donde las cosas buenas no pasan, donde la cama siempre está fría, donde los burbujeros no salen de la nada, donde no recibo una ración de besos diarios, donde ya nada es igual.
No sé cómo conseguir lo que quiero. No creo poder conseguir lo que quiero. No puedo cambiar lo que no sé, ni sé lo que quería decir con esa frase.
Quiero poder finalmente cantar esto como si de verdad significase algo, pero a la vez estoy aterrorizada y no disfruto nada como debería.
Y me harto de ser yo misma como nunca antes, pero a la vez estoy feliz por poder ser yo misma, por dejar de fingir, por poder hacer preguntas directas, por poder desnudarme con la luz encendida, por pensar sólo en mí y nada más que en mí, por planear un futuro sorprendente.
Los pedazos empiezan a pegarse.
La vida vuelve a empezar.

24.12.08

Feromonas.

No puedo evitarlo.
Es mi Bella.

23.12.08

Bua.

Esto, en realidad, es horrible.
Me siento culpable por dejar de sentirme culpable.
Soy el colmo del colmo.

Esto, en realidad, es horrible.
Saber lo que quiero y saber que no voy a conseguirlo.
Soy la más pesimista (y realista) de los pesimistas (y realistas).

Esto, en realidad, es horrible.
Me paso el día deambulando sin saber qué hacer.
Soy la más aburrida de las aburridas.

Esto, en realidad, es horrible.
Me cuesta respirar incluso despierta.
Soy la más asfixiada de las asfixiadas.

22.12.08

La próxima vez que te vea, te voy a besar.

21.12.08

Cambiando de tema...

Por primera vez en un mes, cuando me levanto a agarrar un yogur, no tengo que preguntarme con qué extraño utensilio me lo voy a comer.
Es que en mi casa hay más de 5 cucharitas, y las cosas están siempre limpias.

20.12.08

Claddagh.

Lo tiene.
Lo había comprado.
El anillo con el que quería casarme y que le dije especificamente que no me comprara cuando estuvo en Londres.
Yo tiré su cepillo de dientes a la basura y él me había comprado el anillo con el que nos íbamos a casar.

No hace falta que nadie me lo diga: soy una hija de puta.

19.12.08

Cuando la muñeca perdió la cabeza, tendría que haberme dado cuenta de que algo iba mal.

Y ahora, la vida sigue, da vueltas, gira. Y sólo me queda este sofá, estas postales y este sentimiento de fracaso, de dolor, de hacer daño.
Porque sólo puedo pensar en el daño que le hice, en el dolor que genero, en que ya no me tiene para sentirse mejor.

Fact X.

No hay sonido más dulce que el choque de nuestras lenguas.

Blablabla.

Después de un día muy movido, después de varias discusiones importantes, después de poner todo en la cuerda floja, después de perder y encontrar todo, después de eso, me quedé con esto.

17.12.08

Explosión.

El alcohol magnifica todo.
Y así fue como anoche terminé gritando en silencio, llorando ya sin lágrimas, intentando escapar de unos brazos que me contenían para que no explotara.
Porque finalmente pude expresar lo que no sabía cómo decir, lo que no entendía, lo que no quería entender: es como mi hijo.
Porque soy y siempre fui mi madrina.
Y soy su madrina, su madre, su segunda madre.
Mi madrina y yo, madrinas.
Conectadas a través de los gustos, de las vivencias, de los sentimientos, del amor.
Yo soy ella y ella soy yo.
Condenada a repetir esquemas, a sentirla cerca aunque esté lejos.
Y a sentir su dolor como el mío.

Y supe, en ese delirio alcohólico, en ese remolino de luz roja y convulsiones, que ella había hecho lo mismo. Había pasado noches enteras preocupada, llorando, gritando en silencio para que del otro lado de la puerta, ninguno de sus hijos se enterara de nada.

Y supe que me duele por ella, por él, por mí.
Porque es mi hijo, y es su hijo, y es nuestro hijo.
Porque somos la misma persona en puntos distintos.
Porque un dolor tan grande debe ser compartido. Y ella lo hizo. Y lo sentí yo.

16.12.08

Vos y yo
Yo y vos
Vosyyoyoyvos

No nos miren que nos miran.
Nos miran que nos miramos.
Y si miran que nos miramos
Podrán mirar que nos amamos.

To have it's not to be.

Tengo planes, planes y planes.
Tengo deseos.
Tengo miedos.
Tengo oportunidades.
No tengo las cosas claras.
Tengo dos futuros.
Tengo una gran duda.
Tengo secretos.
Tengo energía para según qué cosas.
Tengo mucho trabajo.
Tengo mucho sueño.
Tengo necesidades.
Tengo que salir corriendo sin volver la vista atrás.
Las cosas ya no parecen tan terribles. Ya no son tan terribles.
La situación sigue igual, pero está más asimilada.
Hablamos con Buenos Aires. Y están bien. Él está bien. No es tan grave como parecía al principio.
Así que duele, pero por el dolor, no por la pérdida. Porque probablemente no haya pérdida. Porque podré conocerlo, y podrá conocerme y llenarme la cara de besos con chocolate y tirarme del pelo y decir mi nombre.

15.12.08

Broken.

"¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte en algo?"
¿Cómo explicarlo? ¿Cómo explicar este dolor, este desgarro?
Tenía varias cosas para escribir. Sobre mi fin de semana, sobre la tristeza de los domingos, sobre la soledad.
Pero de repente me encuentro con esto y ya nada importa. Yo no importo.
Sólo importa ese precioso bebé, ese ahijado mío de dos años, que hoy empieza quimioterapia.
Y esa fea palabra, Rabdomiosarcoma Embrionario, que se lo está comiendo por dentro.

¿Cómo parar de llorar?
¿Qué decirle a mi madrina, su mamá?
¿Cómo dejar de pensar en su pequeño cuerpo, que todavía no conozco, en el hospital, con quimioterapia?

Quimioterapia.

De alguna manera siento que todo esto es culpa mía. Todo es culpa mía. Por quejarme, por lamentarme de mi suerte, por ese puto miedo al cáncer, por los antecedentes malditos.
Y ahora es él, y no yo, el que lo tiene.
Cáncer. Dos años. Jano.

Mi Jano. Mi ahijado. Y no. No es justo. Nada de esto es justo.
Yo debería tener su cáncer. Yo. Me ofrezco a tenerlo. Cambienme por él. No me importan las agujas, las pruebas, la quimio, nada.
Pero cambienme por él. Porque yo puedo soportarlo, porque mi cuerpo (a pesar de todo) es más fuerte, más grande, más viejo.
No es justo. No es justo. No es justo. No es justo. No es justo. No. No. No. No él. No Jano. No mi Jano. No mi ahijado.
No. No. No. NO NO NO NO NO NONONONONONONOnononononononononononononononononononononononononononononononoNONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONO...

NO

12.12.08

Era miel.
Todo ella.
Labios, pecas, piel, pelo, ojos, aroma.
Era miel.

11.12.08

"Satisfacción genital"

Tuve que rebajar la carga de mi mirada para que pudiese seguir mirándome.
Y supe que un hilo invisible había atado nuestras miradas, generado un vínculo, dándome alas para saciar mi curiosidad.
Supe que durante breves segundos, me explicaba a mí. Después a todos, después de nuevo a mí. Porque fui su salvavidas en un momento de tensión.

9.12.08

Pensamiento de escalera.

Ten cuidado, que me vas a dar con los picos en la cara.

Mire señora. No tengo la culpa de que mi paraguas sea grande.
No tengo la culpa de ser
bajita.
Pero sobretodo no tengo la culpa de que decida caminar pegada a mí en una de las aceras más grandes de mi barrio.

Así que vayase un poquito a la mierda, señora.
Y de paso, depílese el bigote, que ya va siendo hora.

Autosinceridad.

Creo que llegó el momento de dejar de rondar por internet, con el Messenger conectado, intentando encontrármelo.
Con dos ya es suficiente.

Entrada forzada consentida.

Estoy acostumbrada a estar expuesta.
Soy consciente de eso.
Pero de repente me di cuenta de que iba a ver todo: mi cabreo, mi desilución, mis dudas, mis deseos.
Y fue un momento "Tierra tragame".

Pero a la vez todo estuvo bien. Porque él es él. Y nada importa ya. Porque de repente nos damos cuenta que en 3 horas nos levantamos, y decidimos que es hora de cortar, y tras media hora seguimos intentando cortar. Porque nos contamos recetas por teléfono y asumimos que en algún momento cocinará para mí y logrará que me gusten las gambas, la cebolla, el ajo, el pimiento. Porque le encanta que sea posesiva con el ratón y no sepa delegar. Porque su superpoder también sirve a través del teléfono. Porque logré que me contara cosas sobre él. Porque aunque hay cosas por aclarar, por hablar, por explicar, todo da igual cuando puedo hablar con él sobre lo que sea.

Así que bienvenido a mi vida. A mi otra vida. A otra parte de mi vida.

4.12.08

Like a sudden storm.

Remolinos de hojas.
Cielo plomizo.
Gotas imperceptibles.
Electricidad en el ambiente.
Corriente eléctrica.
Yo estoy eléctrica.

Como si algo nuevo fuera a empezar.

3.12.08

Preparación.

Guardo su piyama en el cajón.
Escondo sus pantuflas.
Devuelvo su cargador del móvil (no suyo, mío).
Cambio las sábanas.
Escondo la muñequita descabezada que me regaló.
Dejo donde están sus otros regalos, sus postales, sus notitas.
Miro su cepillo de dientes, dudando si hacer algo con él o no. Mejor no.
Paso por la sección galletas del supermercado y no me paro a comprar las suyas.
Me olvido de su número de teléfono, de su dirección, de sus horarios, de su vida.

Aire. Espacio. Libertad.
No nos estamos tomando un tiempo. Nada de otras personas. Ni chicas de la fotocopiadora. Nada de dejar de quererlo. Nada de olvidarme de él. Nada de "pensar sobre lo nuestro".
Simplemente, aliviar la presión. Tener tiempo para extrañarlo. Alejar toda esta culpa de mí. Revalorar lo que tengo. Crear mi propia vida al margen de la suya, de la nuestra. Recordar cómo era antes de él, lo que tenía, lo que hacía. Disfrutar de la soledad. Volverme loca de soledad. Hasta que lo llame y lo reciba con los brazos abiertos, galletas de las suyas, miles de besos y un hueco en mi cama.

Time goes by... (Redux)

Pero tengo esperanzas.
Esperanzas en forma de pestañas arqueadas detrás de gafas de pasta, de guiños sonriéntes, de palabras a la distancia, de promesas de abrazos, besos y amor del de verdad en 20 días, de sonrisas y locuras, de libros, de nubes y lluvias, de cosas extraordinarias, de otra vida.

2.12.08

Time goes by...

Es increíble cómo pasa el tiempo.
Los meses son eternos.
Las cosas cambian en minutos.
No puedo creer lo feliz que era hace un mes, y lo mucho que odio el mundo ahora mismo.

1.12.08

Catársis.

Cómo empezar...

Hay cosas que no tengo el valor de nombrar, porque al ponerlas en palabras, se hacen más reales.

Estaba ahí, preparándome para la ducha y de repente me di cuenta de que estaba manteniendo una conversación conmigo, con vos, en la cual te lo contaba todo, y sabía lo que contestarías. Y sigo haciéndolo, hablo con vos constantemente, te digo frases, te confieso secretos, te hablo y me expongo. Porque es más fácil hablar con el ausente que con la persona a la que tengo al lado.

Miento. Miento todo el tiempo, en todo momento. Salvo a mi misma. Salvo cuando estoy sola, salvo en los domingos.

Hace unos años tenía domingos Isabel Coixet. Ahora son otros domingos, domingos de otro tipo, domingos dónde sólo me apetece verte y hablar, hablar de la nada, hablar de todo, tener alguien con quien hablar, alguien que no intente clasificar y resolver, sino que lo entienda y me acompañe.

Me harto de consolarlo, de calmar su ansiedad, de decirle que no voy a ninguna parte, de explicarle cosas que ni yo entiendo.

Me siento culpable por todo, por estar mal, por contárselo, por no contárselo, por dejarlo solo, por no querer verlo, por hacerle daño, por no ser todo lo buena que debería para él. Y es una mierda, porque no debería sentirme culpable por ser lo que soy, no debería sentir ese dolor cada vez que me dice que lo siente con su cara de perro apaleado, cuando me hace sentir culpable por ser cruel y malvada y gritarle en silencio.

Y a veces quiero que todo se termine (y también me siento culpable por eso), poder ser libre y estar sola, y ser yo todas las veces que quiera, y salir a conquistar nuevos ojos, nuevos labios, nuevas camas, nuevas mentes. Y alejarme de toda esta dulzura que me está destruyendo, que me corroe como las caries corroen los dientes, que me transforma en alguien que no soy, en alguien que no quiero ser. Porque estaba bien siendo quien era, quiero volver a ser esa, ser la divertida, la sensual, la sexual, la afilada, la independiente, la independiente, y no esta muñeca de trapo en la que me convierte.

Pero a la vez nunca sentí tanto amor. Nunca sentí que me querían tanto. Nadie me quiso nunca así. Y no sé si alguien lo volverá a hacer. Necesito novios ausentes, quiero novios ausentes, busco a alguien que me dé mi espacio y de repente me encuentro con esta garrapata emocional, que no me deja respirar, que me aprisiona incluso al dormir, que me hace daño al tocarme aunque no lo quiera, que me absorbe la energía, el tiempo, la vida, pero que a la vez me la da. Un poquito, sólo un poquito.

No es cuestión de estar aburrida al ser feliz, es cuestión de que así no soy feliz. No puedo ser feliz si no me reconozco en el espejo, si no me interesa lo que antes era mi vida, si no puedo ni siquiera hablar con quien quiero sin sentirme rara y culpable. La culpa, de nuevo la culpa, la culpa que me mata y me corroe y no me deja dormir.
¿Culpa de qué?
¿De ser yo, de ser feliz, de tener problemas?

No, no, no, no, no. No puedo seguir así. Ni puedo hablar con él, no puedo hablar con él. Porque se echará la culpa a sí mismo, y me hará sentir culpable por no ser feliz y encima (encima) habérselo dicho.

Hola, muñequita de trapo. Quédate todo el tiempo que aguante. Y cuando ya no te soporte más, mandaré todo a la mierda, me iré a la mierda yo, y volveré a empezar.

Porque puedo bailar alrededor tuyo, sin tocarte nunca, mareándote y rozándote pero sin tocarte nunca. Porque sigo siendo WildLittleGirl.

27.11.08

VerseCrossing.

Aunque me ves por la calle,
también yo tengo mis rejas,
mis rejas y mis rosales.

........................ A.Machado.




(Encontrado en la contratapa de un ejemplar de la biblioteca de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla de "El malestar en la cultura", de Sigmund Freud. Salgamos a poetizar el mundo!)

Observación.

Lo que me mata es saber que ella ve cuando yo lo miro.

Pnj.

Prepararé un disfraz de adulta para verte. Para vos, para mí.
Me comportaré igual que siempre: simpática, divertida, profunda, según convenga.
No creo que consiga engañarte. Me comprendés mejor que yo.
Pero a veces no entendés nada.

26.11.08

Restriction Order.

No me toques.
No me mires.
No me hables.
No me pienses.
No me sonrías.
No me cuentes que estás triste, que me hechás tanto de menos que me hechás de menos con -h-, que te llame o que me llamás vos o que lo que sea.
Porque si lo hacés, no podré soltarte.
Y por mi propia salud mental, tengo que hacerlo.
Porque me niego a seguir esperandodesesperando.

25.11.08

Cartas que nunca te envié.

La vida se está complicando por acá...

...y ese futuro se está alejando.





Un principio. Un final. Y toda la vida en el medio.

24.11.08

Bi-trenza, bienza.

Desde fuera todo es simple.
Pero es difícil hacerlo, a pesar de que sé que es lo mejor.
Desenredarme, desengancharme, desasirme.
De alguien que no me quiere como yo lo quiero.
Que no me espera como yo lo espero.
Que no espera.

Porque lo único que quiero hacer el llamarlo y contarle mis planes para Nochebuena, quejarme un poco de la carrera, de que no tengo tiempo para leer ni para ver películas, que me hable de sus clases de alemán y de semiótica, que se ría y respire, que me diga que no sabe por qué me cuenta eso, que se despida diciendo que ya hablamos, que falta menos para vernos.

Pero sé que si lo hago, seré suya eternamente.
Y a veces, esa idea es demasiado tentadora...

Narciso.

Me enamoro en cada reflejo.
En estos momentos, me estoy perdiendo.
No es que esté perdida, no.
Sigo con rumbo fijo hacia alguna parte.
Pero voy dejando trozos míos por el camino.

La persona que me tiene así es la única que lo puede solucionar.
Extraño acostarme con semi-desconocidos.
Me estoy alejando de las personas a las que quiero.
Monotonizo mi vida.
Casi no leo.
Nada me produce curiosidad.

Ya no soy yo.

23.11.08

Dobles.

En una conversación casual con mi papá, me di cuenta de que estoy saliendo con él.
Soy un cliché del psicoanálisis.
Y yo preocupada por no haber tenido nunca Complejo de Edipo...

Dramas capilares.

Reniego de mi visión en el espejo.
Busco pelo que ya no está.
Aplasto obsesivamente los mechones, los rizos.
Me miro del derecho y del revés, por arriba y por abajo.
No hay manera.
Ese flequillo que me mira desde el espejo no puede ser mío.

21.11.08

Masoquismos diarios.

Cada cierto tiempo, me gusta comer gominolas hasta enfermar.
Me gusta dejar los trabajos hasta último momento, hasta sentir la presión.
Me pasa lo mismo con lo exámenes, dos semanas antes me doy cuenta de que no me da tiempo, y corro, corro, corro hasta llegar. Kind of.
Como hasta sentirme hinchada y gorda.
Duermo hasta que me duele la cabeza.
Gasto en cosas superfluas sabiendo que tendré que ahorrar el resto del mes.
Miro pantallas fijamente hasta que se me hacen derrames en los ojos.
Me muerdo las pielcitas de los labios hasta que sangran.
Remuevo cajas y libros sabiendo que soy alérgica a los ácaros.
Escucho música triste cuando estoy deprimida.
Me voy a la ducha a llorar, porque sé que ahí nadie me escucha.
No tomo nada para el dolor de ovarios.
Prefiero pasar frío que encender la calefacción.
Pienso en cosas que me vuelven loca.
Prefiero doblar una pila de ropa que ir doblando de a poco.
Disfruto sufriendo. Me hace sentir viva.
Pero esto de ir presionando y llorando, llamando y odiando, pensando y analizando... quizás me siento demasiado viva. Cercana a la muerte de tan viva.

20.11.08

Psicoanálisis.

Tuve una infancia feliz.
Pero no "feliz", sino feliz.
No tenía celos de mi hermano. Eso empezó más tarde, bastante más tarde, cuando tomé consciencia de que siempre iba a tener que ser más responsable que él, ser responsable por él. Y ahí empecé a pegarle patadas y pegarle sin que mi mamá se enterase.
Pero hasta ese momento todo iba bien: lo quería, lo cuidaba, lo dormía, lo curaba. (Mi hermano descubrió este verano de qué era una cicatriz que tiene en la rodilla, cuando le conté la historia de cómo lo curé sin saber muy bien como, sin llegar a donde se guardaba el alcohol, sin saber qué hacer para que no llorara, pero eso es otra historia).
No estaba enamorada de mi papá, ni de mi mamá. Los admiraba. Porque mi papá era alto y fuerte, y podía hacer lo que quisiera, y tenía una caja llena de grillos; y porque mi mamá sabía dibujar palomas y círculos, hablaba inglés, cantaba muy bien y nos hacía títeres con cajas de cartón.
Nunca tuve miedo, salvo de algunas pesadillas con luchadores de sumo y atarme los cordones. Nunca temí a nadie. Nunca me impusieron nada. Siempre me explicaron por qué no.
Por eso cuando me dicen que odiar al hermano es normal, que la infancia es sufrimiento, que superar el Complejo de Edipo es lo que te hace adulto, me pregunto ¿hay algo malo en mí?

19.11.08

Come, came, come.

Una y otra vez.
Hacía mucho que no era tan fácil, tan placentero, tan liviano.
Ni yo estaba tan libre, tan alejada, tan mía.
Todas las noches deberían ser como estas.
Hace un tiempo, lo eran.

18.11.08

Arráncame la vida.

Privación sensorial.
No puedo seguir viendo bebés, ni embarazadas, ni luces de Navidad.
No puedo seguir encontrándome con esos libros con títulos inconvenientes, con esos músicos callejeros que tocan música inconveniente, con esos olores.
Esos olores, esos ojos, esas barbas, esa ropa, ese tipo de pelo, esa altura.
Necesito encerrarme en una habitación a oscuras, sólo yo y un montón de drogas para no pensar, para no sentir, para no hablar.
Y cuando todo esto pase, volver al mundo real.

Hueco.

Al despertarme, lo supe.
Hoy, mi útero está vacío. Y eso duele.

Porque se perdió esa suavidad, esa fragilidad, esa sonrisa, esa delicadeza al sostenerlo, y mecerlo, y dormirlo. Esas miradas ajenas a mi pequeño milagro. Ese amor imperecedero y profundo, esa felicidad al respirar, al respirarlo.
Se transformó en carne picada, y se esfumó en neblinas de consciencia.

Fact IX.

Es increíble cómo puedo transformarme en autómata.

17.11.08

Destino

No todo está perdido.
No todo está ganado.
Estoy, estamos, en un terreno resbaladizo sin nada que hacer.
Porque yo lo dije todo, lo di todo, arriesgué todo.
Y él se asustó y se fue corriendo, sólo para saludarme desde la esquina sonriéndo.
¿Qué se supone que tengo que hacer?
¿Seguirlo y exponerme? ¿Seguirlo y asustarme? ¿Seguirlo y perderlo?
¿O quedarme esperando a que vuelva, a que piense, a que sienta?

Sólo esperaba palabras de él. Y sólo me dio dolor, dolor del olvido, dolor del pánico, dolor de la pérdida que nunca se produjo, porque nunca hubo nada que perder.
La vida sigue. Nosotros seguimos. Después de esta "crisis", de esta "tensión", de este agujero dentro mío que cada vez se hace más grande, a cada paso que doy, cada vuelta dentro de mi cabeza.

Mis sentimientos no cambiaron.
Los suyos, quizás.

Lo que cambió es el futuro.
Porque a pesar de que me diga que empieza a creer en el Destino, sé que la única que quiere forzarlo soy yo. La que lo espera y desespera, la que sigue acá, la que sacrificaría todo por una palabra suya.

Si no tengo eso, ya no sé quién soy.

Dique seco.

Y mientras miraba esa fuente gigantesca y ruidosa, con un nudo en la garganta, en el pecho y en todos los sitios donde se puedan tener nudos, fue cuando me di cuenta.
Este dolor es tan grande que no puedo ni llorar.

Sense of belonging.

Saliendo de Badajoz capital, el sol durmiéndose sobre los edificios, música conocidadesconocida en mis oídos, abrazos frescos en mi cuerpo, miradas amadas a la distancia y un hay veces que simplemente te adoro recién leído.
Y ahí me di cuenta de que en este preciso y precioso instante, a pesar de todo lo que pasó y está pasando, soy feliz.

14.11.08

Nopuedoestarasí.

Tengo ganas de llorar.
Todo se fue a la mierda.
Todo.
Y acá estoy, en una casa ajena, en un portátil ajeno, con un nudo en la garganta y un sentimiento de vacío increíble.
Casi 4 años. Alimentando una idea, amando, disfrutando. Y todo a la mierda.
¿Por qué coño tuve que presionarlo? ¿Por qué no pude rallarme en soledad, como siempre?

Y ahora de repente ese horrible "sólo amigos" que me destroza, porque para mí él es más que eso, para mí lo es todo, es parte mía desde el comienzo.

Pero lo peor es saber que está mal, que está "amargado", que le hice tomar una decisión muy difícil, elegir entre su presente y posible futuro y su otro presente y un futuro imaginario.

Era la otra sin serlo, y me molestaba.
Ahora no soy nadie.
Y no sé si eso es así, no sé si es de verdad, no sé si puedo abrazarlo, llamarlo cuando esté mal, decirle que lo quiero.
Todo lo que habíamos avanzado, a la mierda.


Joder.
Soy subnormal profuda.

Probablemente lo medite y le diga lo que de verdad siento, una vez que pueda pensar con claridad. Porque ahora mismo...

12.11.08

Ex.

Aunque en realidad no lo quieras.
Aunque no pienses en eso.
En el fondo siempre está esa idea, agazapada, esperando para asaltarte apenas estés lo suficientemente cerca como para olerlo.

Son sólo unos segundos, pero eso activa la memoria y...

11.11.08

Escritura automática.

Todo me dice que sí. Los libros, las canciones, las personas.
Pero yo sigo diciendo que no.
Porque sí. Porque los cambios no siempre son buenos, porque me encanta donde estoy, porque no estoy segura de nada.
Las cosas llegan a límites insospechados. No poder dormir, estar tensa, no querer pensar. Pero haciéndolo.
Y cagándola al hacerlo.
Todo se resuelve a paso de hormiguita. Pero por lo menos lo hace. Y puedo dormir al ver que no estoy sola. Que todo sigue ahí, así, a pesar de haber abierto mi corazón y expuesto... todo.
Porque lo de antes fue un aperitivo en comparación con esto. Esto es la verdad pura y dura, y duele y molesta y no sé qué va a pasar. Pero sé que algo va a pasar.
Espero.



Y la cago una y otra vez. Huyo cuando me acerco a él, me cierro, hago bromas para alejarlo, para que no vea lo profundo que llega el dolor.
Y terminamos tristes, confundidos, enojados. Los dos, por mí. Y la cosa llega a más y los besos ya no lo resuelven. Y todo se vuelve a resquebrajar y tengo el mismo miedo que al principio, el miedo al fin, el miedo a él después del fin.
Porque yo puedo. Yo sé que puedo, porque ya lo hice. Pero él no así, a lo bestia. Con tanto futuro perdido. Yo no tengo futuro. Yo no tengo nada más que presente. Él imaginó un futuro, vago, confuso, indefinido. Pero que en él existe.




Y hoy sólo quiero hablar y hablar y hablar. De nada en concreto. De todo en mi vida. De todos en mi vida. Llevo alejando de acá todo lo importante, todas mis dudas, todos mis problemas reales.
Porque la gente que está cerca mío los sabe, o no.
Porque la persona con la que comparto mi vida no tiene por qué preguntarse a cada momento qué está haciendo mal para que yo esté tan jodida a veces (y no hace nada mal, vengo jodida de fábrica).
Porque por una vez no puedo contar todo, tengo secretos, una vida privada, una vida interior que nadie tiene por qué saber, porque la gente es muy cotilla y muy hijaputa y no, no, no, no tienen por qué meterse en mi vida, lo que me hace feliz y lo que me entristece.
Y ahora quiero hablar. Quiero decirles que soy feliz a ratos, que me doy cuenta de la suerte que tengo con los amigos y la familia que me tocaron, que me descubro a mí misma cada día más, que tengo muchos proyectos que nunca llevo a cabo, que tengo responsabilidades que eludo y que me jode, que extraño mucho a quien no tengo cerca pero sí cerca del corazón, que me planteo el sentido y la dirección de mi vida varias veces al día, que planeo dejarlo todo y empezar de 0 como mínimo una vez a la semana, que lloro por las noches cuando me apetece, que estoy de mal humor porque sí, porque puedo y porque quiero, que me cabreo con la gente, y me amigo, que no tengo nada de qué hablar con muchas personas, que me gusta mi vida en términos generales y que estoy enamorada.
Quiero decir todo eso y lo hago, pero me guardo los miles de matices, me guardo mi vida, me guardo mis sueños.
Digo generalidades, vaguezas, hints.

Todo me resbala.

Leo, lloro, como, paseo, escucho música, voy a clase, duermo, quisiera fumar para pasar el rato, mirar por la ventana mientras fumo y me siento plena (la gente que fuma tiene pinta de sentirse plena), hago planes, voy a exposiciones, abrazo, río, camino, subo, bajo, observo.

Y la vida sigue, y la vida pasa.

Y yo acá, en Sevilla, calle Fedra nº 5, 6ºC.
En noviembre del 2008.
En tercer año de la carrera.
Con un pie acá y otro en otra parte: en el aire, en Madrid, en Los Santos, en Argentina, en Inglaterra, en Salamanca, en Badajoz, en el futuro.
Volando de amor en amor. De persona en persona. De amigo en amigo. De sol en sol. De fiesta en fiesta. De concierto en concierto. De vida en vida.

Y todo sigue.

Sola, junta, acompañada, solitaria, excluída, alejada, libre, cautiva, atemorizada, comprendida, enredada. Enredada con él.
Tanto que lo invade todo, que no puedo desenredarme, que no quiero desenredarme. Que sigue ahí y no se va, que quiere quedarse, que quiero que se quede. Y se comunica conmigo y me comunico con él y es él, el de siempre, el nuevo, el otro, el mío. Y yo soy yo, la de siempre, la nueva, la otra, la suya y la mía y la tuya.

Todo sigue.

Y yo sigo, danzando, girando, bailando, moviéndome. Le artoc sarta esradeuq otneimacnaste.Contra el estancamiento y quedarse atrás.
Porque si me muevo no me quedo quieta, si me quedo quieta me muero, si me muero no soy, si no soy me alejo, si me alejo me pierdo, si me pierdo.



Me voy, cual bailarina veloz, buscando otros horizontes, otras metas, otras personas, otros amores.
Amor, amor, amor.
All you need is love.
Love.
Love is all you need.

Y yo de eso tengo mucho. Para dar. Que recibo. Mío y ajeno y prestado y regalado.



Ahora sí, de verdad.
Espérenme en la esquina de siempre/sin ninguna cita hecha previamente/pero con la firme intuición de verme.

Apareceré. Como un espectro, como una luz, como una llama, como una sombra, con mis múltiples disfraces, como yo, como soy, como seré, sola, acompañada, feliz, triste, completa.










[A pesar de muchas cosas, creo que este texto se merecía un sitio acá. Porque soy yo, pero otro yo. Uno más críptico y reservado. Uno más de cara al público. Uno Liepa.]

tkmx.

tqmx, d vrdad.

La paz.

10.11.08

Todo por amor.

¿Sí o no?







(Y ahora es cuando me pregunto si realmente vale la pena todo esto. Aunque ya sé la respuesta.)

6.11.08

Tiene la letra a alta velocidad más bonita del mundo.

Intimo contacto.

Era un movimiento único, rítmico, constante.
El mismo movimiento, que pasaba de una pierna a la otra, de un pantalón al otro, de su pierna a la mía.
El mismo movimiento desde el principio de los tiempos.
Los dos hacíamos como que no pasaba nada. Mirábamos al frente, seguíamos con nuestra vida.
Tenía miedo de mirar debajo de la mesa, y que de golpe la magia se rompiese.

5.11.08

Ese monstruo verde y horrible.

Está terriblemente mal que me ponga celosa de que él quiera conocer a ella.
¿Verdad?





La misma ella que logró hacerme sentir insegura más de una vez y de dos y de tres. La que hizo que ahora me vista y deje de deambular desnuda por las mañanas. La misma ella con la que es tan difícil luchar, sobretodo porque la lucha esta sólo en mi mente.
Es difícil compararme con un fantasma que no está interesado en ser comparado con nadie, y que nadie compara conmigo.


Septum.

Hay personas que, siendo de día y estando yo sobria, son mucho más guapas de lo que recordaba.
Hoy me crucé con uno de ellos.
Madre mía, qué ojos...

4.11.08

Recuento.

Ayer, al irme a dormir, me di cuenta de todo lo que tengo.
Y de lo que perdí.

Tengo una familia cada vez más grande en Sevilla, llena de gente con la que hablo, me rio, juego, pienso, disfruto.
Tengo miembros antiguos de esa familia que son capaces de luchar contra el cansancio y contra el reloj para venir a pasar una hora conmigo el día de mi cumpleaños. Tengo miembros nuevos de esa familia que compran comida a último momento, y globos, y piñatas, y máscaras, todo para que yo sea feliz.

Tengo amigos que a pesar de la distancia, siento que están conmigo siempre. Y tengo amigos que ya no creo que lo sean, a los que voy perdiendo y que se van alejando y ni siquiera les importa.

Soy rica. No estoy sola. Soy feliz.

Prohibido.

No. No hagas eso.
No cierres los ojos de esa manera cuando te quito una pestaña.
No es justo.

2.11.08

A los anónimos.

Hay gente que me lee y que sé, o al menos intuyo, que me lee.
Hay gente que me lee que no tengo ni idea de que me lee.
Hay gente que me lee a la que conozco.
Hay gente que me lee a la que no conozco.
Hay gente que me lee que me conoce.
Hay gente que me lee que no me conoce.

Y está la gente que, sin que yo sepa que me lee, ni conocerla, ni que me conozca a mí, interpreta de una manera literal lo que escribo y despierta a mi novio un sábado por la mañana para contárselo. Para insistirle que lo lea. Para decirle que tenga cuidado. Para preocuparlo por cosas que no son tan preocupantes como para que se las diga yo, pero que sí lo van a hacer sentir mal consigo mismo, y por eso mismo no se las digo.


Creí que nunca iba a tener que decir esto, pero parece que es necesario.
Esto, este sitio, es mi sitio. El único donde puedo ser totalmente yo, decir lo que de verdad pienso, descargarme.
Y esta persona que escribe... ciclotímica es algo suave para describirla. Soy cambiante, exagerada, dramática, fatalista, ¿dije ya cambiante?.
Es mi única parcela privada para él, para ese novio que nombro oficialmente por primera vez. Porque entiende que necesito hacer catarsis de alguna manera. No lo lee. No dejo que lo lea. Porque quiero seguir siendo yo, escribiendo lo que pienso. Que no significa que no le cuente a él lo que escribo.

Así que, personas anónimas que me leen sin dejarme un mísero comentario, están avisadas.
No se tomen al pie de la letra lo que escribo. No se alarmen porque probablemente al día siguiente haya un post que contradiga al anterior. No crean que todo es negativo: soy una persona negativa que prefiere mostrar lo malo y reservarse lo bueno para disfrute personal.
Así que no vuelvan a despertarlo y hacer que se preocupe por algo por lo que no se debería preocupar.
Pero si de verdad les importa: ya lo hablamos. Lo seguiremos hablando hasta encontrar el equilibrio.
Aunque no sé si podré controlar mis impulsos: de complacerlo olvidándome de mí y de volver a ser yo y asustarlo.
Pero lo quiero. Y me quiere. Y hace que mi mundo sea un lugar más brillante cuando sonríe. Ahora mismo, eso es todo lo que importa.

1.11.08

Engañar como respirar.

Ya no soy yo.
Al menos no soy esa que logré formar, conformar, con mucho esfuerzo, llanto y dolor. Y risas, que no todo fue negativo.

Creo que mi espíritu complaciente me ha transformado en esa que él quiere.
Que no es la que yo quiero.
Me amoldo a su cuerpo y a sus deseos. Acaricio su brazo cuando en realidad quiero morderlo. Hago el amor cuando en realidad quiero un polvo salvaje. Dejo que me haga algo terriblemente especial (y probablemente cursi) por mi cumpleaños, cuando sólo quiero una cena y dormir temprano. Hago las cosas a desgana, sin pasión, sin energía.
Y esa apatía invade otros campos de mi vida, como una niebla, como él.

Quien me conozca se estará preguntando por qué no hago algo, por qué no me rebelo contra las imposiciones, por qué no soy yo misma y no esta especie de geisha.
Porque no son imposiciones. Son cosas que hago para hacerlo feliz. Y creo que el mayor problema es que lo considero un sacrificio por el otro, así como él hace sacrificios por mí.
En el fondo sigo teniendo miedo, sigo pensando que terminará huyendo al no soportar la psicosis: se subirá a su caballo blanco y cabalgará hacia el horizonte en busca de otra damisela en apuros.
Pero mientras miro fijamente la pared y deseo que todo acabe pronto para poder dormir, me pregunto si esto no acelerará el final. Me pregunto si no será mejor que se asuste y se vaya.
Porque no voy a poder seguir así mucho tiempo más.
Y cuando vuelva a ser yo... oh, boy.

30.10.08

Aviso personal.

Busco personas con estrellas tatuadas.

29.10.08

3 días después.

No era sólo que estaba sonriendo y acostada.
La voz me salía rara, artificial, porque estaba rara.
Estaba rara porque me moría por decirte "te quiero".

Pero temía que no hubiese un "yo también".

Fuego y hielo.

Tiene la cara interna de las muñecas blanca, besable, mordible.
Orejas que se escapan de la cortina de pelo rojo.
Su piel es permeable, perforable.
Su nariz desaparece al mirarla. Su boca también.
Imposible apartar los ojos de sus ojos. Te atrapan, te persiguen, te fascinan.
Es angulosa, delgada.
Lanza dagas por la boca, por los ojos, por los gestos.
Pincha, esquiva, distrae.
Crea espejismos por diversión, por defensa.

Pero a veces su coraza se resquebraja. Y es hermosa.

28.10.08

Me limito a parlotear como una cotorra, contar historias, hacer bromas, saltar y sonreír y hablar hablar hablar.
Todo para que no se note el vacío.
Me limito a besarte y abrazarte, a agarrarte de la mano y hacer planes, a frotar mi nariz contra la tuya, a hablar de la rutina.
Todo para que no se note el vacío.

Pero no puedo evitarlo. Sé que los más perceptivos notan algo incongruente en mí, algo que les dice que en realidad todo es irreal, que de verdad todo es mentira.

No puedo engañar a nadie. No puedo engañar a todos.

Me mantengo ocupada para no pensar, para no sentir, para no analizar. Para poder seguir sin derrumbarme sin saber muy bien por qué.

Y en realidad sólo quiero irme a casa. A cualquier sitio que considere casa. A cualquier persona que considere casa.
Pero ya no sé qué es casa.
Era Sevilla, era mi habitación, eran mis compañeras de piso, eran mis amigas de acá, era mi familia en Sevilla, era mi familia de sangre, eran mis amigos de allá.
Pero de golpe estoy sola, angustiada, fría. Y no puedo hacer nada.
Nada más que intentar disimular, parloteando como una cotorra.

27.10.08

Elsa Osorio.

Y ya en el hotel, la amas lentamente, apasionadamente, como si tocando, lamiendo, bebiendo ese cuerpo sólido, firme, te conectaras con la vida, con la verdad. La perplejidad de sentir que tus manos y las suyas conocen desde siempre los laberintos del placer, como si sus cuerpos llevaran años explorándose, con el desafío de descubrir siempre algo diferente. Esa complicidad compacta que sólo da el tiempo, esa perfecta graduación de la ternura a la pasión. La besas en el punto exacto de su nuca. Ella se acurruca en ese hueco de tu cuerpo que parece haber sido creado para su reposo.

........................................A veinte años, Luz

Isabel Coixet.

Ocurre después de la comida. Tras el tortel, el café, el carajillo. Al mismo tiempo que una brutal somnolencia hace su aparición, cuando las conversaciones llegan a un callejón sin salida y se apagan hasta los rumores de la casa de al lado, esa donde hay un bebé que nunca acaba de crecer. Llega de pronto, como una niebla espesa, más espesa que el humo del tabaco y los puros, y se aposenta encima de la mesa del comedor, en la que ya no caben más migas ni restos de comida, como un batracio satisfecho a partir de las cinco de la tarde, justo cuando uno está pensando en tomar otro café. Es la tristeza del domingo por la tarde, ese estado entre la melancolía y la pura pena que ataca a todo bicho viviente entre los tres y los noventa y tres años. Ese estado que condujo a Proust a meterse en la cama y a no querer salir por más magdalenas y té que Céleste le trajera. Esa extraña congoja que empuja a mucha gente a invertir los patrones del tiempo y a intentar con desesperación prorrogar el sábado hasta el martes y a poblar los after que abren el domingo al mediodía. Esa mezcla de vagos recuerdos de infancia llenos de relamidas voces de locutores deportivos y horribles sintonías que llenaban el patio de vecinos y cuadernos escolares con deberes a medio hacer y la sensación de empezar todo de nuevo y el miedo a que nuestros amigos del viernes hubieran formado otras alianzas durante el fin de semana y ya no nos «ajuntaran» el lunes, y el miedo, también, a que la señorita se hubiera olvidado nuestros nombres.
Domingos por la tarde en ciudades desconocidas, en hoteles con moquetas imposibles y habitaciones con baños color marrón que te empujan a pasear por bulevares vacíos con tiendas cerradas y gente que bebe sola en cafés a punto de cerrar.
Domingos de adolescencia a la salida de la Filmoteca, después de ver una película de Bergman (que en sus memorias hace varias referencias a la tristeza suprema del domingo por la tarde) que nos zarandeaba hasta la médula y que nos empujaba a partes iguales hacia el deseo de hacer cine y hacia el cementerio.
Domingos de invierno en una estación de metro en Brooklyn, donde un hombre negro alto como un jugador de baloncesto empezó de pronto a darse cabezazos contra una columna de hierro hasta abrirse la cabeza mientras aullaba: «Odio los domingos, Dios, cómo odio los domingos», mientras la gente, desde el andén de enfrente, chillaba: « Sí, hermano, ¿y quién no?». (Las huellas de la sangre quedaron durante mucho tiempo en esa columna)
Y, sin embargo, hasta la tristeza del domingo por la tarde tiene cosas buenas. Conozco parejas que se han conocido compartiendo ese miedo a la tarde del domingo. Conozco gente que empieza una novela siempre en domingo. Otros, durante el rodaje de una película, deciden empezar a rodar justamente en ese momento, dado que, a efectos de la complicada contabilidad ancestral del departamento de producción, cuenta como lunes.
Existen también personas que dicen no sentir nada especial esa tarde, que afirman que, a ellos, lo que de verdad les deprime es el miércoles por la tarde, o el jueves por la mañana. Pero es sabido que hay gente que haría cualquier cosa por ser diferente de los demás, hasta fingir una alegría que no sienten un domingo por la tarde.


..........................................Domingos por la tarde

Julian Barnes.

El caso es que ella está dormida, dándome la espalda, de costado. Las habituales estratagemas y cambios de postura no han logrado inducir la narcosis en mí, así que decido instalarme contra el suave zigzag de su cuerpo. Cuando me muevo y empiezo a acomodar mi espinilla contra una pantorrilla cuyos músculos están aflojados por el sueño, ella intuye lo que estoy haciendo y, sin despertarse, levanta la mano izquierda y se aparta el pelo de los hombros y lo amontona sobre su cabeza, dejándome su nuca desnuda para que me acurruque en ella. Cada vez que hace eso siento un estremecimiento de amor por la precisión de esta cortesía durmiente. Me escuecen los ojos a causa de las lágrimas y tengo que contenerme para no despertarla y recordarle mi amor.
En ese momento, inconscientemente, ha tocado un fulcro secreto de mis sentimientos hacia ella. No lo sabe, naturalmente, nunca le he contado este mínimo y preciso placer de la noche. Aunque se lo estoy contando ahora, supongo... ¿Creen que en realidad está despierta cuando lo hace? Supongo que podría parecer una cortesía consciente, un gesto agradable, pero dificilmete algo que denote que el amor tiene raíces debajo de la conciencia. Tienen razón en ser escépticos; deberíamos ser indulgentes sólo hasta cierto punto con los amantes, cuya vanidad rivaliza con la de los políticos. Sin embargo, puedo ofrecer más pruebas. El pelo le cae hasta los hombros. Pero hace unos años, cuando nos prometiero que el calor del verano duraría meses, se lo dejó muy corto. Su nuca estaba desnuda para el beso todo el día. Y en la oscuridad, cuando estábamos bajo una sola sábana y yo sudaba como un calabrés, cuando el tramo intermedio de la noche era más corto pero aún difícil de atravesar, entonces, cuando me volvía hacia esa S relajada que había a mi lado, ella, con un suave murmullo, trataba de levantarse el pelo perdido de la nuca.

- Te amo - susurro en esa nuca durmiente-, te amo.


........................La historia del mundo en diez capítulos y medio
Empiezo a tener miedo de mi misma.
Porque ya me conozco cómo va esto.
Los llantos cíclicos, el buscarle el quinto pie al gato, la desgana (ah, no, esto es nuevo).

De repente me doy cuenta que somos muy distintos. Demasiado.
Y no sé si esto va a aguantar.

Ni sé si debería aguantar.

23.10.08

Absolut feeling.

No, no, no, esto tengo que contarlo.
Salía del campus donde está Medicina.
Mi ánimo estaba... raro. En stand by. Mal.

Y de repente, tuve un momento de felicidad plena.
Estaba saliendo, hacia el super para seguir con mi vida mundana. El camino pasa por entre unos arbustos. Escuchaba a los guardias de seguridad hablando en su caseta. Acababa de mirar por las ventanas de la biblioteca y de pensar que cómo cada vez que leo mis apuntes entiendo cosas que antes no entendía y que quizás por eso suspendí: por no entender.
A lo lejos, o no tanto, el ruido de los coches en la calle.
Olor a flores nocturnas, de esas que por mi barrio sólo se huelen de noche.
Brisa suave, temperatura ideal.
Y de golpe fui feliz.

Tuve que pararme del susto.

22.10.08

Objeto de estudio.

Tenés una manera muy rara de mirar. De reojo, pero intensamente.
Una manera de peinarte con los dedos que fue lo que más me fascinó de vos al principio.
Calcetines blancos. Siempre, que yo recuerde.
Ojos hundidos, ojeras marcadas, nada desagradables. Como Viktor. Personalidad.
Una voz grave, que se acelera demasiado al hablar.
Dedos finos.
Lunares en la nuca, cerca de la oreja derecha.
Gestos medidos, tranquilos, pensados. Hasta que algo te recorre y te repente sos electricidad pura, movimiento constante.
Risa ronca, espontánea.
Llevo tres años observándote, vigilándote, perdiendo la vista en tu persona.
Llevo dos años leyéndote, intentando adivinar qué hay detrás de tu silencio.

¿Sabés qué? No lo sé.
El misterio sigue ahí.
Tu mente no me permite la entrada.
Y a pesar de mi curiosidad innata, de que me da ganas de gritar y patalear y quejarme porque me dejes fuera, de mis inútiles intentos por escabullirme, creo que estoy bien así.
Que me acostumbré tanto a mirarte, que no me importa no poder conocerte.



........................................................................¿Era una mirada de socorro?

20.10.08

Olores.

Entré en el baño, me senté en el inodoro, deambulé con la vista y lo vi.
Ahí estaba. Como el enemigo que se cuela en tu propio hogar.
Blanco y azul, mirándome.
No pude evitarlo.
Lo olí.
Y es justamente con los ojos vendados cuando más siento su ausencia.

17.10.08

Repaso.

De alguna manera todo en mi vida empezó a acelerarse. Y consigo equilibrar todo, lo que le da una sensación de irrealidad increíble.

De repente me doy cuenta de que estoy enamorada. Y no sólo eso, sino que lo estoy de la persona más alejada a lo que podría calificarse como el prototipo de chico de mi pasado.
Lo cual está bien, pero es desconcertante a la vez. Porque, bueno, no sé cómo manejar ciertas cosas. Como los cumplidos, las cenas fuera, los detalles, las ñoñerías varias.
No significa que él sea perfecto y todos los anteriores no. No. Significa que estoy tan acostumbrada a la manera de ser de los anteriores, y me gustaba tanto, que este registro totalmente nuevo me descoloca por completo.
Así que suelo cagarla y cabrearme. Con él y conmigo. Y lo soluciono. O lo soluciona él.
Y pienso y me como la cabeza. Ya no tanto por unas cosas, más por otras. Pero sobretodo porque pienso en cuánto va a durar esto, estas sonrisas y esta felicidad y esta ternura, y todo se volverá gris y negro y lluvioso y tortuoso.

Y alrededor mío tengo tantas cosas...
Está ese ser tan perfecto y maravilloso que me hace reír y sonreír y añorar algo que nunca tuve.
Que me llama cada 15 días y lo escucho del otro lado, con su risa ronca y esa cara que que está poniendo, contándome que está tan agobiado que está feliz, y de repente siento que en realidad la vida es muy fácil, es blanco o negro, es luz u oscuridad, es felicidad o tristeza. Y yo, cuando él está ahí, siento que todo es blanco, luz, felicidad. Que puedo ser lo que quiera ser. Quien quiera ser.

Tengo ciertas personitas que me alegran todos los días, con las que hablo hasta por lo codos, que me hacen reír y me consuelan cuando lloro, y que creo que realmente no saben lo que significan para mí. Grupo de personitas que fluctúa, se ampía y se reduce, pero generalmente se amplía.
Y más ahora, que decidí que no puedo seguir siendo así, y estoy abriendo puertas y ventanas y gateras para que todo el mundo que quiera se cuele dentro mío. Y me olvido de la timidez y del miedo al rechazo y todas esas cosas que me impiden acercarme a alguien al que conozco poco y empezar a hablar.

Además, estoy haciendo lo que me gusta. Cuando me gusta. Donde me gusta. Y vivo en una ciudad verde y amarilla, con azahares por todas partes, gente simpática y abierta, música en cada esquina y un río tornasolado.
Me cuestiono la existencia, las formas y el contenido, los límites de la verdad y de la libertad, las intenciones comunicativas, los símbolos, las maneras de contar. Amplío mi mente, mis horizontes, las perspectivas. Aprendo. Conozco nuevas formas de mostrar. Me nutro de armas para defender mi futuro, mi pasado y mi presente. Crezco.


Mi vida es un torbellino. Un remolino. Una ilusión.

Tengo casi 21 años, miles de vidas pasadas, muchas vidas futuras, una paleta de posibilidades y de colores y de formas, decenas de hombros donde apoyarme a descansar en el camino y una sonrisa en los labios.

15.10.08

A veces me canso de tanto drama.
Y gustaría que vuelva a ser simplemente él.
Pero después recuerdo que él es todo ese drama.

14.10.08

Desmembramiento.

Soy amor.

Regalo fibras de mi corazón a la gente que la vida me acerca. Reparto mi corazón a trozos, a cachitos, a pedazos, a montones.
Y la gente me da trozos del suyo para que lo reconstruya. Pero no son suficientes.

Las personas estiran mis fibras. Las aplastan, las machacan, las queman. Las cuidan, las miman, las alimentan.
A veces, me las devuelven. A veces, se las llevan muy lejos. A veces, siempre estuvieron lejos. A veces, ni los conozco. A veces, les regalo también otras partes.
A veces, ellos vuelven.
A veces, los pedazos se regeneran.

Pero casi siempre no tengo nada. Lo dí todo, a todos. Y el hueco en mi pecho, que debería ser un agujero negro, es un monumento de granito.
"A la entrega" reza.

11.10.08

El juego de la soga.

Hace años aprendí que es posible amar a dos personas a la vez.
El problema es repartir los pensamientos para no ser injusta.
Repartir los sentimientos, las palabras, los latidos. Dividir. Divide y vencerás.
Yo sólo quiero encontrar el equilibrio...

Alucinar.

Tengo tal necesidad de un poco de tonteo inofensivo, que realmente creo que el novio de mi amiga intentaba ligar conmigo.

10.10.08

Primeros tesoros.

Los veo caminar juntos, a la distancia, comiendo alguna clase de dulce que no puedo precisar. Cruzar la calle, las cabezas juntas, hablando.
Los recuerdo hace unos minutos, sentados, haciendose bromas, volviéndose locos el uno al otro, tirándose algo a la cabeza, pidiéndose consejo sobre qué ponerse, riéndose y siendo ellos.
Apoyada en la parada provisional del C4, "Ahí van los dos primeros chicos con los que me acosté", con ternura, con amor.

Visitando nuestro nido.

Podría negar que el tocar su piel mandó miles de señales eléctricas a mi cerebro.
Podría negar que volver a estar en contacto con su olor me hizo sentir en casa.
Podría negar que disfruté de nuestras pequeñas peleas y conversaciones antiguasnuevas.
Podría negar que lo miré alejarse con una sonrisa en los labios.

Pero, ¿para qué negar lo innegable?

8.10.08

Te inventaré en cualquier mirada/cualquier gesto/cualquier cara

Me di cuenta de que cuando más contenta estuve con mi cuerpo, más a gusto dentro de mi propia piel, fue cuando estaba sola y con todos.
Cuando tonteaba hasta con las paredes.
Cuando me liaba detrás de una columna.
Cuando lo hacía en el suelo del baño.
Cuando me descubrían en habitaciones ajenas.
Cuando miraba fijamente nucas y lunares y tobillos y pelo y suspiraba.
Cuando me subían en brazos por las escaleras, enredada en su cintura.
Cuando insistía e insistía.
Cuando cada fin de semana era una fiesta, una posibilidad, una elección.
Cuando vivía por y para mi deseo.

Rant.

Ahora mismo, cuando estoy cabreada con el mundo, es cuando me atrevo a decirlo

Que es una putada enorme que amigos suyos lean esto
Que las cosas cambiaron más de lo que creía
Que me sorprendo pensando en qué habría pasado si las cosas hubiesen terminado de forma distinta
Que tengo un mundo de posibilidades en mi mano pero no me atrevo a elegir ninguna
Que a veces me gustaría poder gritar y decirle que no me toque, que no quiero verlo, que me deje respirar, que solía tener una vida independiente y que la extraño, y que me extraño en esa vida
Que a veces me gustaría poder decirle que no me suelte, que no me deje sola, que me abrace por las noches hasta que nuestra eternidad dure
Que no soporto su sonrisa y su modo de consolarme, porque no necesito consuelo, necesito que me ignore hecha un ovillo en la cama y espere a que se me pase, sin tomarme en serio ni sentirse herido por mi comportamiento, porque me cabreo por lastimarlo y lo lastimo porque me cabreo y es el cuento de nunca acabar
Que estoy harta de callarme y reprimirme y ya no tiene gracia jugar a las metáforas, cuando quiero hablar alto y claro y no puedo porque todo se malinterpreta y llega a sus oídos y a los del mundo
Que nadie debería tomarme muy en serio y menos hoy, y menos esta semana, y menos esta década.
Porque todo está en ebullición y subo y bajo y cambio y odio y amo con una facilidad pasmosa.

Y porque siempre fui una bocazas, dramática, exagerada y fantasiosa, que crea sus mundos y sus dramas rápidamente, y los olvida igual de rápido.

7.10.08

Fact VIII.

Me encuentro sorprendentemente poco dispuesta a luchar.

4.10.08

Looking back in the future.

Me gustaría poder decir que mi primer amor también fue el último.

One step back.

Rectifico:
No fue culpa mía.

No puede ser culpa mía pensar lo que pienso y ser como soy.
No puede ser culpa mía ser sincera.
No puede ser culpa mía ser pesimista con respecto a las relaciones.

Así que no, no fue culpa mía.

No fue culpa de nadie.

Percepción.

Tengo dos olores superpuestos, mezclados.
Dos olores de dos personas.
Dos personas a las que no vi recientemente.

Lo que me lleva a preguntarme, ¿qué hacen sus olores en mi piel?

Empatía.

Después de una conversación telefónica de 1 minuto, supo que algo me pasaba.

3.10.08

The fucking fairytale is over.

Lo que más me duele es saber que soy la culpable.
Que lo defraudé.
Y lo hice al probar, al ver cuánto aguantaba.

Me aterrorizó su reacción, mi reacción.

Empecé siendo la consoladora, terminé siendo la consolada. Porque me da miedo tocarlo, porque vi con horror todo desde fuera y me di cuenta de que lo acababa de perder.

Y en su mundo, la confianza se recupera y todo vuelve a ser como antes.

En mi mundo, esto es el principio del fin.

Sólo quiero que él tenga razón por una vez.

2.10.08

Juzgar.

"Siempre pudiste conseguir prácticamente a cualquiera que quisieses".

Sentencia errónea, desde la base.
Porque a los que conseguí no fue por mi cuerpo, sino por mi arrojo.
Porque a los que conseguí estaban tan desesperados como yo.
Porque a los que conseguí ya los quería y conocía y me querían y conocían.
Porque nunca pude conseguir al que más quise de la manera en la que quise.

Como agua de mayo.

Tus labios recorrieron cada centímetro de mi piel. Besaron mis hombros, mis clavículas, mis estrías, mis pezones, mis cicatrices, mis caderas, mi clítoris, mis muslos, mi celulitis, mi grasa, mis rodillas, mis pantorrillas, cada uno de los dedos de mis pies, mi planta del pie.
Tus besos fueron dedos, cosquillas, plumas, alas, aire, ríos.
Se llevaron el miedo, la inseguridad, la comparación odiosa, la creencia errónea.
Me hicieron amatoria.

1.10.08

Making love.

Piernas enredadas, manos frías, brazos calientes, narices pegadas, besos de duende, de esquimal, de mariposa.
Besos cortitos, pequeños, historias familiares, empezar a aclarar su genealogía.
Besos profundos, la atmósfera cambia, luces rojas, empieza.
Sonido entrecortado.
Acaba, risas, abrazo, se rompe la magia, "lo estás arreglando...", dormir, abrazo.
Despertador, besos, penumbra, Sunny con pan y mermelada, leche con galletas, "Everybody loves Raymond".
Tener que escapar, "guapa", espejo, "pues va a ser que no".
Flotar y volar y frío y música. Autobús.

Si es que no aprendo...

No sé para qué pregunto.
Si nunca me van a ofrecer la respuesta que busco.

Aunque ni yo sepa cuál es.

30.9.08

A veces, los profesores tienen razón.

"La vida pesa tanto que la gente tiene derecho a pasarse dos horas soñando, riéndose, pensando que es más guapo, más alto, más rubio, mejor."

........................................................................................... Carlos Colón Perales, profesor de Historia del Cine Universal.

27.9.08

Impulso(s) eléctrico(s).

De su hombro a mis dedos, a mi mano, a mi antebrazo, a mi codo, a mi biceps, a mi hombro, a mi pecho, a mi corazón y un latido de más, sólo uno.
Pero lo suficiente como para, en ese latido, pensar "¿debería haberlo tocado delante suyo?".

Gracias, gracias, mil gracias.

Agradezco profundamente que no sean del tipo pegajoso. Ni siquiera del cariñoso.
Porque si llegan a darse la mano, habría perdido todo mi autocontrol.






(Y sí, son celos. Celos asquerosos, verdes y viscosos. Dejenme en paz. Tengo derecho a ponerme celosa una vez al año, ¿no?)

Figura fija/Figura en movimiento

Creo que las fotos no le hacen justicia
a la maravillosa sonrisa que puso al verme
al brillo de sus ojos al hablar
y a la calidez que desprende.

La otra.

Me gustaría haberle visto algún defecto, para poder odiarla tranquilamente por tener lo que yo quiero.

26.9.08

Dolor repentino.

"Están viejos, enfermos y son pobres."

24.9.08

Enamorante.

No sé si me enamora la música o él.

22.9.08

Lo-li-ta.

Durante un instante, el corazón se me paró.
Sólo fue un momento, un segundo tal vez, pero me pasaron mil preguntas por la cabeza. La más acuciante fue ¿qué está haciendo acá?.
Mi duendecito, con su pelo corto (a veces negro, a veces rojo, a veces quiénsabe), su nariz pequeña y respingona, sus maravillosas pecas, su cuerpo menudo y sus manos delicadas.
No la vi muchas veces, 50 quizás, pero fue más que suficiente. Nunca podré olvidarla con su vestido turquesa, cenando al lado mío mientras se reía de quién sabe qué, arrugando la nariz y abriendo mucho la boca.

Y así, al verla cruzar la calle en el cuerpo de otra, descubrí que inconscientemente llevo buscándola 5 años. Buscando sus rasgos, sus expresiones, su voz, y lo más importante: la manera en la que me hacía sentir.
La busco en la calle, en mis amigas, en mis compañeras de clase, en los libros, en las películas. Es Tonks, es Alice, es otra Alice.

La imagino como esa nínfula que era, esa hadita que revoloteaba a mi alrededor, esa preciosidad turquesa que entró en mi vida como un vendaval y como él se fue, dejándome esta sensación indefinible y mi primera obsesión.

Prefiero recordarla así, como era, y no como la muñeca rota que sé que es, que su único enlace conmigo (cada vez más difuso, por cierto) me cuenta que es. Y contaría de qué forma está rota, pnesaba hacerlo, pero tuve que borrarlo al escribirlo, porque verlo expresado me da ganas de llorar y me aferro más a su recuerdo y niego su realidad, una realidad demasiado dura para que sea suya, de mi dulce primera nínfula.

Duda antigua.

¿Morderé demasiado fuerte estando borracha?


(¿Será por eso por lo que no me llamó?)

20.9.08

Filípica.

Sé que debería justificarme y explicar por qué lo hice, por qué me di la vuelta y me fui, pero no voy a hacerlo. Porque me estoy hartando de tener que aguantar los golpes, voluntarios e involuntarios, y encima pedir perdón por quién sabe qué.
Ahora entiendo que me dijeses que Ana estaba rara: no lo está. Simplemente cambió. Como yo. Como todos, en mayor o menor medida. Así que dejame en paz de una buena vez. Porque últimamente cada vez que hablamos sólo me pongo de mal humor, me cabreo, estoy a la defensiva y salgo con inseguridades y planteos negativos que antes no tenía.
Soy dura con vos, lo sé. Pero me harté de ser tu muñequita de bizcocho. Y de sentirme culpable por ser quién soy ahora, por no ser la misma de antes, por no depender tanto de vos, por cansarme de ceder y ceder y nunca ganar y ni siquiera empatar.
En nuestra relación siempre fuiste el dominante. Pero ahora mismo le digo a la vida fuck off y me harto de seguir directrices y agachar la cabeza y asentir, y poner el bienestar de los demás por encima del mío.
Especialmente si ese demás sólo sabe mirar su propio ombligo egoístamente, intentando que vuelva a ser la de antes, cuando le convenía que fuese así, porque cedía y él ganaba.
Y sé que esto es un monólogo, pero no puedo hablarlo con vos, porque desaparecés apenas te digo dos verdades y me empezás a echar mierda pasada, presente y futura a la cara, porque no me escuchás, porque te afianzás en tu postura y a mi que me den.Y eso no, señor, no.
Que te den a vos.

18.9.08

Simultáneo.

Y mientras hablo con él, descubro que no es fácil estar al lado mío. A pesar de lo que él diga después.

16.9.08

Psicoanálisis.

Creo que finalmente descubrí qué hay detrás de todo esto.

Vivo el personaje que creé para otros.

Danza lenta.

Nunca olvidaré ese beso. Nunca olvidaré muchos besos y ese es uno de los inolvidables.
Charla en la esquina de siempre del Ferial. Hablando sobre nuestras vidas, Sevilla, alcohol. Simplemente queriendo estar juntos, después de una semana sin vernos y sin mensajes, y de cuatro meses de vernos y mensajes. Llamada a mi móvil. Hora de irse, nos vemos en Sevilla, vení a ver mi piso. Beso 1, comisura de los labios. Beso 2, es interrumpido por su boca. Una boca familiar, mil veces recorrida. Beso suave, tierno, que no tenía nada que ver con el sexo, un beso que demostraba todo lo que sentíamos el uno por el otro, todo lo que nos separó.
Y me pregunto dónde fue todo eso, ese cariño, ese ¿amor?, esas promesas, esas miradas, esas caricias. En qué otros cuerpos se perdieron, en qué botella se dejaron, en qué lágrimas se evaporaron, en qué cenizas desaparecieron.
Y me pregunto si otra (¿otras?) relaciones no hubiesen aparecido en nuestros caminos, ¿dónde estaríamos ahora?

Primeros días del resto de mi vida.

Hace tres años, empecé mi nueva vida de un manera espectacular: en un mismo fin de semana estuve con el amor de mi vida y con uno de los candidatos a primer amor.
Demostré lo loca que me tiene, lo fácilmente manipulable que soy (con él), lo mucho que lo deseo, lo que nos divertimos juntos, lo que le gusto, la inocencia que sigo teniendo.
Bailé una danza lenta, un beso familiar mil veces repetido, esas ganas locas de abrazarlo, ese flotar mientras me alejaba y me preguntaba qué acababa de pasar.
Sin olvidarme de yo al día siguiente, repitiendo "guay" cabreada, encaminándome a lo desconocido, comiendo tortilla y pasta, dando regalos con dedicatorias y recibiendo abrazos a cambio (de otro candidato a primer amor, por cierto), y después profanando camas ajenas, robando condones, durmiendo con él por primera vez (su mano en mi cintura), pasando vergüenza semidesnuda y probando lo que iba a ser mi vida.

Reflexión.

¿Será esto los primeros síntomas de arrepentimiento?

Fact VII.

A veces la sinceridad es mi cruz.

Fact VI.

Me gustaría que me dominen.

Small world.

En mi mundo existe la merienda salada y la cena dulce, las cenas de madrugada, el alcohol sin sentido, las maratones televisivas, el llanto nocturno y el encierro en soledad.

11.9.08

Fact V.

Me cuesta dormir sin otra respiración.

Responsabilidad.

De repente el vértigo aumenta, y empiezo a girar y el mundo gira en dirección contraria y sólo puedo pensar una y otra vez "por favor, por favor".
Porque todo se tambalea debajo mío, porque el próximo año puede ser totalmente distinto, y todo por mi incapacidad de concentrarme, de levantarme por las mañanas, de tener mejores prioridades.
Y pienso en trabajar, en todos los viajes que quería hacer este año pero que no voy a poder, en no ir al cine, en no salir, en no comprar, en no gastar. No no no. No a todo y no a nada. Simplemente no.

8.9.08

Duda repentina.

¿Las ganas de llorar se van en algún momento?

Formas.

Las reconozco por cómo caben dentro de mí.

A media luz.

Y me sorprendo pensando en otras noches al limpiarme los pies antes de entrar en la cama.
Y me sorprendo comparando nimiedades.
Y me sorprendo deseando lo que no tengo, y valorando lo que sí.
Y me sorprendo desesperada, preguntándome si esto se va a acabar alguna vez, si voy a poder simplemente disfrutar de lo que tengo, sin pensar en pasado ni futuro.

4.9.08

Lo difícil II.

Es difícil recordar que no soy su madre si tengo que despertarlo, cocinarle, servirle, y ordenar todo después.

Mirando la estantería.

Y así fue como descubrí que no soy ya la que no puede mantener las relaciones, es Sevilla la que me hace estar así, la que no me da la fuerza como para intentarlo.