21.2.10

Fortuito.

Es raro encontrárselo así, de improviso, a las cuatro de la tarde, como parte de mi vida cotidiana.
Sin prepararme mentalmente, sin estar ni medio guapa, con mi papá al que sé que le molesta como nos abrazamos, él con su cara de dormido y con este mismo sentimiento de no saber qué hacer.
Ahora huelo a él y me había olvidado de lo bien que olía y de lo mucho que me gusta oler a él. Los recuerdos, las sensaciones que eso despierta, sorprendentemente ninguna sexual.
Sigue siendo él, esos ojos, esos labios y ahora sí es sexual.
Sexual y amoroso, tierno y salvaje, como todo lo que él me despierta aunque no quiera, aunque él no quiera ni yo lo quiera y aunque a la distancia ya no lo haga.
Pero me lo encuentro de casualidad y me trastoca la tarde.

20.2.10

New beginning.

Ciertas cosas se establecen como una rutina y dan miedo, pero también calma.
Sé que estoy donde debo estar en ese minuto, y después ya se verá.
No me rendí, no claudiqué, simplemente seguí mi camino.
Acompañada.
Y hay cierta calma, cierta paz, cierta felicidad que hacía mucho que no sentía. Y eso está bien. No lo analizo porque siento que traiciono a alguien, a muchos alguienes que esperaban cosas que no eran, que creían cosas que no son, que pensaban que yo era de cierta manera.
Soy como soy.
Y ahora elijo mi vida. Una vida donde no duermo en mi cama, donde me permito ser moña, donde aceptan que el mar me ponga triste porque lo relaciono con una persona a la que quiero mucho, donde no evitan los problemas ni intentan solucionarlos, donde hay cada vez más vida en el exterior y menos dentro de este ordenador.

Estoy bien.

15.2.10

Hace falta muy poco para volver todo a su lugar.
Viajar con unos pollos alcohólicos.
Comer patatas rellenas en La Caleta, y tarta de chocolate mientras ves pasar los disfraces más bonitos y graciosos del mundo.
Aparecer en fotos, sonriente y congelada.
Ver un pregón de Carnaval y reírme a veces.
Acordarme de mis compañeras de piso pasadas.
Disfrazarme por fases.
Encontrarme con los personajes de Shrek.
Beber cuando veo a un chico disfrazado de mujer.
Caminar y caminar y delirar y hablar y que te vitoreen cuando besás a alguien.
Conversaciones con amigos.
Llegar a casa y desmaquillarte en la cocina mientras comés pan y todos tienen cara de sueño.
Meterme en la cama con mi piyama de franela.
Despertarme con un monólogo sobre nuestras opciones y no entender nada porque estoy todavía dormida.
Comer filetes con salsa roquefort, cortesía de una Madre.
Paseo por el mar, y el ánimo raro porque, bueno, es raro estar en el mar sin Chicomar.
Caminar por La Viña, donut relleno, chirigotas ilegales.
Beso a escondidas, pedir perdón mutuamente por el ánimo.
Road-trip escuchando canciones horribles y cantando Shakira.
Patatas, gominolas, pizza y los Goya.
Aprender lo que es un "esquijama". Soñar con comprarme uno.
Mi mamá "¿¡Pero cómo que estás viendo los Goya!? Decime que estás en una orgía o consumiendo drogas, pero no me digas que estás viendo los Goya. ¡Yo no te eduqué para esto! Ni se te ocurra poner nada en el Facebook, no quiero que familiares en común lo sepan, que me da vergüenza".
Entender el discurso completo de Luis Tosar.
Intentar dormirme y no dormirme, despertarme a las 13 pensando que son las 8, escuchar detrás de la puerta la banda sonora de Anatomía de Grey.
Sentirme querida.

12.2.10

And upon us, chaos.

Ahora es cuando me asusto y empiezo a dudar de todo.
Pero esta vez no sólo dudo de mi vida sentimensexual, sino de mis amigos, de mi capacidad para decidir lo que quiero y lo que no y mi propia inteligencia.
Hoy aprendí algo de mí misma que me gustaría no haber aprendido. Y desde ese momento, hace 12 horas, una alarma gigante en mi cabeza no para de sonar. Y esa alarma fue haciendo sonar otras, y mi cabeza es un caos, y ya no sé ni si mis amigos quieren que esté donde estoy, si realmente me apetece hacer cierto viaje programado, si no debería cortar por lo sano y dejarlo antes de empezar, si no estoy mejor sola, la Vieja de los Gatos pero sin gatos, jugando a ser Juan Palomo, sin nadie que me ayude nunca jamás, porque en una semana escasa dejé de saber cómo ayudarme a mí misma y si de verdad quiero lo que digo que quiero, o si es él el que quiere eso.

Realmente necesito dormir 20 horas y no salir de mi habitación durante días, pero la vida no me va a esperar. Y tengo esta sensación de angustia permanente y estoy paralizada, paralizada. Esta vez no es de miedo, es de agobio. La vida sigue y yo me dejo llevar y entonces me doy cuenta de lo que hice y ya no hay marcha atrás y me perdí.
Me perdí a mí misma, me perdí en mí misma.
No sé ni lo que sabía la semana pasada, y todo esto me sobrepasa y me dan ganas de mandar todo a la mierda y que le den por culo a los Carnavales, a la entrega del trabajo, a terminar la práctica de Iluminación, a ser responsable y entregar todos los documentos, a reservar plató, a comer sano, a hacer algo con mi vida, a relacionarme con seres humanos.
Porque ya no puedo más.
Ya no.

11.2.10

Descanso.

Llevo 24 horas fuera del mundo.
Corté lazos con todos.
Me escondí en un cama calentita, hablé, me reí y dormité.
Pero todavía no estoy lista para volver.

9.2.10

Olvidar y perdonar.

Me maravilla cómo supero situaciones que pensaba que nunca iba a superar.

Ignoro a Mr. Big. No a propósito, no como parte de una venganza infantil, sino porque me sale así. Me sale decirle que si no lo llamo es porque no quiero, me sale no mirar las fotos que sube al Tuenti, me sale no sonreír como una tonta cuando me habla. Me sale decirle que su problema es que me quiere y eso le da miedo, pero que ya da igual. Me sale no hablar de futuro, de sexo, porque no va a haber nada de eso.
No extraño a EDM. Para nada. Pensé que me iba a doler más, que me iba a hacer más falta, que iba a necesitarlo. No es así.
Ya no me duele el distanciamiento con Hobbit. El tener que hacer presión para verlo, el pensar en lo que pudo ser y no fue. Porque en realidad nada pudo ser desde el principio. No me di cuenta de lo distintos que somos hasta que no lo vi a la distancia. Lo quiero, me quiere, pero nunca lo hicimos como el otro necesitaba que lo hiciésemos. Así estamos bien.
En cuanto a Osezno... Fue divertido el pequeño reencuentro que tuvimos. Cerró el ciclo. El poder se traspasó a quien debía. Todo lo malo pasó hace demasiado tiempo como para doler, y el presente... en el presente no tenemos nada en común salvo nuestro pasado.

Obviamente que hay cabos sueltos. Gente que me hace sentir cosas que no debería, gente que me hace llorar, gente a la que extraño y a la que no tengo.
Pero también hay nuevas personas en mi vida. Y estas me hacen sonreír, me mandan mensajes bonitos cuando estoy triste y me llaman para despertarme.
Y todo encuentra su equilibrio.