30.12.08

Fact XI.

Soy creadora.

Ofelia.

Por una sola vez, por una sola, no intento definir nada, ni aclarar nada, ni espero nada.
Me limito a flotar y volar y dejarme llevar, a mirar y hablar y sonreírnos, a besar y saltar y empezar la cuenta atrás.
Porque ahora mismo, lo único que quiero es esto.




[Y sigo teniendo flashes de futuro, o de futuro pasado, pero ya todo da igual porque el presente es lo que tengo y lo que quiero.]
Mi cuerpo es una máquina imperfecta.
No corre rápido, no arroja con fuerza. Se cansa enseguida. Está deformado por mi estilo de vida.
Pero lo mueve algo grande. Algo que no le da tregua, algo que no le deja disminuir el ritmo, algo que no deja que pare, algo que lo empuja hacia delante aunque duela, aunque desfallezca, aunque ya no pueda más.
Algo que lo hizo recorrer 250 km en bicicleta y darme cuenta de que no tengo límite.

Realidades alternativas.

Durante un segundo, deseé que nada hubiese sucedido. Quedarnos en mayo, en ese último día ideal. Sin Bremen, ni Londres, ni compromiso, ni conviviencia, ni exclusividad.
Pero entonces me di cuenta.
Lo mejor fueron esos cinco meses.
Donde tuve lo mejor y lo peor de él, donde tuvo lo mejor de mí.
No cambio por nada las conversaciones a oscuras, las lágrimas, la televisión abrazados, su cuerpo en mi cama, las risas, los paseos, su mano en la mía, sus arruguitas, cada centímetro de él.
Porque eso me hacía feliz.

29.12.08

Felicidad feroz.

Podríamos llegar muy lejos
si todo fuese distinto.

Y ese es el problema. Que no lo entiende. Que no entiende lo que quiero. Que no quiere lo que quiero.
Y que no sabe que me inmolo al lado suyo, que mi corazón empieza una cuenta atrás cada vez que me mira, que me vendo a su postor, que pisoteo mi orgullo, que dejé de morderme los dedos y ahora me golpeo contra la pared, que la vida, señores, no es nada sin él.
Ya lloré todo lo que tenía que llorar. Pero a cada pasito que da dentro mío, va metiendo más lágrimas, más gritos.
No puedo escapar de él, porque no quiero. Porque sería escapar de mí misma. Porque los días son grises y los domingos pesadillas. Porque ya no sé ser yo si no es con él. Porque estamos enredados, mezclados.
Y quiero seguir así.
Aunque después mil dagas me atraviesen, aunque me duerma llorando cada noche durante el resto de mi vida, aunque maldiga el momento en el que lo conocí.
Porque vale la pena. Vale la pena sentirme viva durante un momento.

Con voz de caballero.

-¿Todavía quieres que te rescate?
-Sí
(...)
-Voy en tu busca, princesa.

Luse.

"Love" and "lust" have both four letters.
So I'm in luse.


Dos personas caben en cuatro letras.

28.12.08

Kiss kiss bang bang.

"Había que hacerlo"

"No recordaba que esto fuese tan bueno"





Hay ciertas cosas que deberían prohibir por adictivas.

27.12.08

Kaboom!

Fui su detontante.
Su catalizador.
Y eso me hace sentir más mareada de lo que debería.

25.12.08

Firestarter.

Tengo necesidad de...
Necesito...
Estoy tan perdida...
Sé a donde quiero ir, pero no dónde estoy.
Y esto resuena en mi cabeza.
Y doy vueltas en la cama, y sueño con discos de vinilo y bibliotecas, y no puedo respirar, y me pongo vestiditos, y pienso, y planeo situaciones que nunca sucederán, y de repente me da miedo arriesgarme, saltar.
Miento, engaño, oculto a quienes me quieren. Quiero salir corriendo y refugiarme en los brazos de alguien que no pregunte, que no cuestione, al que no le tenga que contar nada.
Estoy aterrorizada por lo que pueda venir, por el mundo real, fuera de este limbo navideño lleno de turrón de chocolate y familia.
Tengo responsabilidades que cumplir, tengo un piso vacío, una cama vacía, una habitación llena de recuerdos que debo decidir si guardar o dejar, tengo la misma historia que contar una y otra vez, tengo miradas que aguantar, tengo relaciones que re-descubrir, tengo sofá y tele los fines de semana, tengo sexo con semi-desconocidos, tengo chocolate, tengo lágrimas, tengo auto-reproches, tengo un teléfono ajeno que tendré que devolver.
Y no sé qué voy a hacer. No sé cómo salir del mundo de Nunca Jamás y volver al mundo real, a mi mundo, donde las cosas buenas no pasan, donde la cama siempre está fría, donde los burbujeros no salen de la nada, donde no recibo una ración de besos diarios, donde ya nada es igual.
No sé cómo conseguir lo que quiero. No creo poder conseguir lo que quiero. No puedo cambiar lo que no sé, ni sé lo que quería decir con esa frase.
Quiero poder finalmente cantar esto como si de verdad significase algo, pero a la vez estoy aterrorizada y no disfruto nada como debería.
Y me harto de ser yo misma como nunca antes, pero a la vez estoy feliz por poder ser yo misma, por dejar de fingir, por poder hacer preguntas directas, por poder desnudarme con la luz encendida, por pensar sólo en mí y nada más que en mí, por planear un futuro sorprendente.
Los pedazos empiezan a pegarse.
La vida vuelve a empezar.

24.12.08

Feromonas.

No puedo evitarlo.
Es mi Bella.

23.12.08

Bua.

Esto, en realidad, es horrible.
Me siento culpable por dejar de sentirme culpable.
Soy el colmo del colmo.

Esto, en realidad, es horrible.
Saber lo que quiero y saber que no voy a conseguirlo.
Soy la más pesimista (y realista) de los pesimistas (y realistas).

Esto, en realidad, es horrible.
Me paso el día deambulando sin saber qué hacer.
Soy la más aburrida de las aburridas.

Esto, en realidad, es horrible.
Me cuesta respirar incluso despierta.
Soy la más asfixiada de las asfixiadas.

22.12.08

La próxima vez que te vea, te voy a besar.

21.12.08

Cambiando de tema...

Por primera vez en un mes, cuando me levanto a agarrar un yogur, no tengo que preguntarme con qué extraño utensilio me lo voy a comer.
Es que en mi casa hay más de 5 cucharitas, y las cosas están siempre limpias.

20.12.08

Claddagh.

Lo tiene.
Lo había comprado.
El anillo con el que quería casarme y que le dije especificamente que no me comprara cuando estuvo en Londres.
Yo tiré su cepillo de dientes a la basura y él me había comprado el anillo con el que nos íbamos a casar.

No hace falta que nadie me lo diga: soy una hija de puta.

19.12.08

Cuando la muñeca perdió la cabeza, tendría que haberme dado cuenta de que algo iba mal.

Y ahora, la vida sigue, da vueltas, gira. Y sólo me queda este sofá, estas postales y este sentimiento de fracaso, de dolor, de hacer daño.
Porque sólo puedo pensar en el daño que le hice, en el dolor que genero, en que ya no me tiene para sentirse mejor.

Fact X.

No hay sonido más dulce que el choque de nuestras lenguas.

Blablabla.

Después de un día muy movido, después de varias discusiones importantes, después de poner todo en la cuerda floja, después de perder y encontrar todo, después de eso, me quedé con esto.

17.12.08

Explosión.

El alcohol magnifica todo.
Y así fue como anoche terminé gritando en silencio, llorando ya sin lágrimas, intentando escapar de unos brazos que me contenían para que no explotara.
Porque finalmente pude expresar lo que no sabía cómo decir, lo que no entendía, lo que no quería entender: es como mi hijo.
Porque soy y siempre fui mi madrina.
Y soy su madrina, su madre, su segunda madre.
Mi madrina y yo, madrinas.
Conectadas a través de los gustos, de las vivencias, de los sentimientos, del amor.
Yo soy ella y ella soy yo.
Condenada a repetir esquemas, a sentirla cerca aunque esté lejos.
Y a sentir su dolor como el mío.

Y supe, en ese delirio alcohólico, en ese remolino de luz roja y convulsiones, que ella había hecho lo mismo. Había pasado noches enteras preocupada, llorando, gritando en silencio para que del otro lado de la puerta, ninguno de sus hijos se enterara de nada.

Y supe que me duele por ella, por él, por mí.
Porque es mi hijo, y es su hijo, y es nuestro hijo.
Porque somos la misma persona en puntos distintos.
Porque un dolor tan grande debe ser compartido. Y ella lo hizo. Y lo sentí yo.

16.12.08

Vos y yo
Yo y vos
Vosyyoyoyvos

No nos miren que nos miran.
Nos miran que nos miramos.
Y si miran que nos miramos
Podrán mirar que nos amamos.

To have it's not to be.

Tengo planes, planes y planes.
Tengo deseos.
Tengo miedos.
Tengo oportunidades.
No tengo las cosas claras.
Tengo dos futuros.
Tengo una gran duda.
Tengo secretos.
Tengo energía para según qué cosas.
Tengo mucho trabajo.
Tengo mucho sueño.
Tengo necesidades.
Tengo que salir corriendo sin volver la vista atrás.
Las cosas ya no parecen tan terribles. Ya no son tan terribles.
La situación sigue igual, pero está más asimilada.
Hablamos con Buenos Aires. Y están bien. Él está bien. No es tan grave como parecía al principio.
Así que duele, pero por el dolor, no por la pérdida. Porque probablemente no haya pérdida. Porque podré conocerlo, y podrá conocerme y llenarme la cara de besos con chocolate y tirarme del pelo y decir mi nombre.

15.12.08

Broken.

"¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte en algo?"
¿Cómo explicarlo? ¿Cómo explicar este dolor, este desgarro?
Tenía varias cosas para escribir. Sobre mi fin de semana, sobre la tristeza de los domingos, sobre la soledad.
Pero de repente me encuentro con esto y ya nada importa. Yo no importo.
Sólo importa ese precioso bebé, ese ahijado mío de dos años, que hoy empieza quimioterapia.
Y esa fea palabra, Rabdomiosarcoma Embrionario, que se lo está comiendo por dentro.

¿Cómo parar de llorar?
¿Qué decirle a mi madrina, su mamá?
¿Cómo dejar de pensar en su pequeño cuerpo, que todavía no conozco, en el hospital, con quimioterapia?

Quimioterapia.

De alguna manera siento que todo esto es culpa mía. Todo es culpa mía. Por quejarme, por lamentarme de mi suerte, por ese puto miedo al cáncer, por los antecedentes malditos.
Y ahora es él, y no yo, el que lo tiene.
Cáncer. Dos años. Jano.

Mi Jano. Mi ahijado. Y no. No es justo. Nada de esto es justo.
Yo debería tener su cáncer. Yo. Me ofrezco a tenerlo. Cambienme por él. No me importan las agujas, las pruebas, la quimio, nada.
Pero cambienme por él. Porque yo puedo soportarlo, porque mi cuerpo (a pesar de todo) es más fuerte, más grande, más viejo.
No es justo. No es justo. No es justo. No es justo. No es justo. No. No. No. No él. No Jano. No mi Jano. No mi ahijado.
No. No. No. NO NO NO NO NO NONONONONONONOnononononononononononononononononononononononononononononononoNONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONONO...

NO

12.12.08

Era miel.
Todo ella.
Labios, pecas, piel, pelo, ojos, aroma.
Era miel.

11.12.08

"Satisfacción genital"

Tuve que rebajar la carga de mi mirada para que pudiese seguir mirándome.
Y supe que un hilo invisible había atado nuestras miradas, generado un vínculo, dándome alas para saciar mi curiosidad.
Supe que durante breves segundos, me explicaba a mí. Después a todos, después de nuevo a mí. Porque fui su salvavidas en un momento de tensión.

9.12.08

Pensamiento de escalera.

Ten cuidado, que me vas a dar con los picos en la cara.

Mire señora. No tengo la culpa de que mi paraguas sea grande.
No tengo la culpa de ser
bajita.
Pero sobretodo no tengo la culpa de que decida caminar pegada a mí en una de las aceras más grandes de mi barrio.

Así que vayase un poquito a la mierda, señora.
Y de paso, depílese el bigote, que ya va siendo hora.

Autosinceridad.

Creo que llegó el momento de dejar de rondar por internet, con el Messenger conectado, intentando encontrármelo.
Con dos ya es suficiente.

Entrada forzada consentida.

Estoy acostumbrada a estar expuesta.
Soy consciente de eso.
Pero de repente me di cuenta de que iba a ver todo: mi cabreo, mi desilución, mis dudas, mis deseos.
Y fue un momento "Tierra tragame".

Pero a la vez todo estuvo bien. Porque él es él. Y nada importa ya. Porque de repente nos damos cuenta que en 3 horas nos levantamos, y decidimos que es hora de cortar, y tras media hora seguimos intentando cortar. Porque nos contamos recetas por teléfono y asumimos que en algún momento cocinará para mí y logrará que me gusten las gambas, la cebolla, el ajo, el pimiento. Porque le encanta que sea posesiva con el ratón y no sepa delegar. Porque su superpoder también sirve a través del teléfono. Porque logré que me contara cosas sobre él. Porque aunque hay cosas por aclarar, por hablar, por explicar, todo da igual cuando puedo hablar con él sobre lo que sea.

Así que bienvenido a mi vida. A mi otra vida. A otra parte de mi vida.

4.12.08

Like a sudden storm.

Remolinos de hojas.
Cielo plomizo.
Gotas imperceptibles.
Electricidad en el ambiente.
Corriente eléctrica.
Yo estoy eléctrica.

Como si algo nuevo fuera a empezar.

3.12.08

Preparación.

Guardo su piyama en el cajón.
Escondo sus pantuflas.
Devuelvo su cargador del móvil (no suyo, mío).
Cambio las sábanas.
Escondo la muñequita descabezada que me regaló.
Dejo donde están sus otros regalos, sus postales, sus notitas.
Miro su cepillo de dientes, dudando si hacer algo con él o no. Mejor no.
Paso por la sección galletas del supermercado y no me paro a comprar las suyas.
Me olvido de su número de teléfono, de su dirección, de sus horarios, de su vida.

Aire. Espacio. Libertad.
No nos estamos tomando un tiempo. Nada de otras personas. Ni chicas de la fotocopiadora. Nada de dejar de quererlo. Nada de olvidarme de él. Nada de "pensar sobre lo nuestro".
Simplemente, aliviar la presión. Tener tiempo para extrañarlo. Alejar toda esta culpa de mí. Revalorar lo que tengo. Crear mi propia vida al margen de la suya, de la nuestra. Recordar cómo era antes de él, lo que tenía, lo que hacía. Disfrutar de la soledad. Volverme loca de soledad. Hasta que lo llame y lo reciba con los brazos abiertos, galletas de las suyas, miles de besos y un hueco en mi cama.

Time goes by... (Redux)

Pero tengo esperanzas.
Esperanzas en forma de pestañas arqueadas detrás de gafas de pasta, de guiños sonriéntes, de palabras a la distancia, de promesas de abrazos, besos y amor del de verdad en 20 días, de sonrisas y locuras, de libros, de nubes y lluvias, de cosas extraordinarias, de otra vida.

2.12.08

Time goes by...

Es increíble cómo pasa el tiempo.
Los meses son eternos.
Las cosas cambian en minutos.
No puedo creer lo feliz que era hace un mes, y lo mucho que odio el mundo ahora mismo.

1.12.08

Catársis.

Cómo empezar...

Hay cosas que no tengo el valor de nombrar, porque al ponerlas en palabras, se hacen más reales.

Estaba ahí, preparándome para la ducha y de repente me di cuenta de que estaba manteniendo una conversación conmigo, con vos, en la cual te lo contaba todo, y sabía lo que contestarías. Y sigo haciéndolo, hablo con vos constantemente, te digo frases, te confieso secretos, te hablo y me expongo. Porque es más fácil hablar con el ausente que con la persona a la que tengo al lado.

Miento. Miento todo el tiempo, en todo momento. Salvo a mi misma. Salvo cuando estoy sola, salvo en los domingos.

Hace unos años tenía domingos Isabel Coixet. Ahora son otros domingos, domingos de otro tipo, domingos dónde sólo me apetece verte y hablar, hablar de la nada, hablar de todo, tener alguien con quien hablar, alguien que no intente clasificar y resolver, sino que lo entienda y me acompañe.

Me harto de consolarlo, de calmar su ansiedad, de decirle que no voy a ninguna parte, de explicarle cosas que ni yo entiendo.

Me siento culpable por todo, por estar mal, por contárselo, por no contárselo, por dejarlo solo, por no querer verlo, por hacerle daño, por no ser todo lo buena que debería para él. Y es una mierda, porque no debería sentirme culpable por ser lo que soy, no debería sentir ese dolor cada vez que me dice que lo siente con su cara de perro apaleado, cuando me hace sentir culpable por ser cruel y malvada y gritarle en silencio.

Y a veces quiero que todo se termine (y también me siento culpable por eso), poder ser libre y estar sola, y ser yo todas las veces que quiera, y salir a conquistar nuevos ojos, nuevos labios, nuevas camas, nuevas mentes. Y alejarme de toda esta dulzura que me está destruyendo, que me corroe como las caries corroen los dientes, que me transforma en alguien que no soy, en alguien que no quiero ser. Porque estaba bien siendo quien era, quiero volver a ser esa, ser la divertida, la sensual, la sexual, la afilada, la independiente, la independiente, y no esta muñeca de trapo en la que me convierte.

Pero a la vez nunca sentí tanto amor. Nunca sentí que me querían tanto. Nadie me quiso nunca así. Y no sé si alguien lo volverá a hacer. Necesito novios ausentes, quiero novios ausentes, busco a alguien que me dé mi espacio y de repente me encuentro con esta garrapata emocional, que no me deja respirar, que me aprisiona incluso al dormir, que me hace daño al tocarme aunque no lo quiera, que me absorbe la energía, el tiempo, la vida, pero que a la vez me la da. Un poquito, sólo un poquito.

No es cuestión de estar aburrida al ser feliz, es cuestión de que así no soy feliz. No puedo ser feliz si no me reconozco en el espejo, si no me interesa lo que antes era mi vida, si no puedo ni siquiera hablar con quien quiero sin sentirme rara y culpable. La culpa, de nuevo la culpa, la culpa que me mata y me corroe y no me deja dormir.
¿Culpa de qué?
¿De ser yo, de ser feliz, de tener problemas?

No, no, no, no, no. No puedo seguir así. Ni puedo hablar con él, no puedo hablar con él. Porque se echará la culpa a sí mismo, y me hará sentir culpable por no ser feliz y encima (encima) habérselo dicho.

Hola, muñequita de trapo. Quédate todo el tiempo que aguante. Y cuando ya no te soporte más, mandaré todo a la mierda, me iré a la mierda yo, y volveré a empezar.

Porque puedo bailar alrededor tuyo, sin tocarte nunca, mareándote y rozándote pero sin tocarte nunca. Porque sigo siendo WildLittleGirl.