27.9.08

Gracias, gracias, mil gracias.

Agradezco profundamente que no sean del tipo pegajoso. Ni siquiera del cariñoso.
Porque si llegan a darse la mano, habría perdido todo mi autocontrol.






(Y sí, son celos. Celos asquerosos, verdes y viscosos. Dejenme en paz. Tengo derecho a ponerme celosa una vez al año, ¿no?)

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