27.10.08

Elsa Osorio.

Y ya en el hotel, la amas lentamente, apasionadamente, como si tocando, lamiendo, bebiendo ese cuerpo sólido, firme, te conectaras con la vida, con la verdad. La perplejidad de sentir que tus manos y las suyas conocen desde siempre los laberintos del placer, como si sus cuerpos llevaran años explorándose, con el desafío de descubrir siempre algo diferente. Esa complicidad compacta que sólo da el tiempo, esa perfecta graduación de la ternura a la pasión. La besas en el punto exacto de su nuca. Ella se acurruca en ese hueco de tu cuerpo que parece haber sido creado para su reposo.

........................................A veinte años, Luz

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