30.10.08

Aviso personal.

Busco personas con estrellas tatuadas.

29.10.08

3 días después.

No era sólo que estaba sonriendo y acostada.
La voz me salía rara, artificial, porque estaba rara.
Estaba rara porque me moría por decirte "te quiero".

Pero temía que no hubiese un "yo también".

Fuego y hielo.

Tiene la cara interna de las muñecas blanca, besable, mordible.
Orejas que se escapan de la cortina de pelo rojo.
Su piel es permeable, perforable.
Su nariz desaparece al mirarla. Su boca también.
Imposible apartar los ojos de sus ojos. Te atrapan, te persiguen, te fascinan.
Es angulosa, delgada.
Lanza dagas por la boca, por los ojos, por los gestos.
Pincha, esquiva, distrae.
Crea espejismos por diversión, por defensa.

Pero a veces su coraza se resquebraja. Y es hermosa.

28.10.08

Me limito a parlotear como una cotorra, contar historias, hacer bromas, saltar y sonreír y hablar hablar hablar.
Todo para que no se note el vacío.
Me limito a besarte y abrazarte, a agarrarte de la mano y hacer planes, a frotar mi nariz contra la tuya, a hablar de la rutina.
Todo para que no se note el vacío.

Pero no puedo evitarlo. Sé que los más perceptivos notan algo incongruente en mí, algo que les dice que en realidad todo es irreal, que de verdad todo es mentira.

No puedo engañar a nadie. No puedo engañar a todos.

Me mantengo ocupada para no pensar, para no sentir, para no analizar. Para poder seguir sin derrumbarme sin saber muy bien por qué.

Y en realidad sólo quiero irme a casa. A cualquier sitio que considere casa. A cualquier persona que considere casa.
Pero ya no sé qué es casa.
Era Sevilla, era mi habitación, eran mis compañeras de piso, eran mis amigas de acá, era mi familia en Sevilla, era mi familia de sangre, eran mis amigos de allá.
Pero de golpe estoy sola, angustiada, fría. Y no puedo hacer nada.
Nada más que intentar disimular, parloteando como una cotorra.

27.10.08

Elsa Osorio.

Y ya en el hotel, la amas lentamente, apasionadamente, como si tocando, lamiendo, bebiendo ese cuerpo sólido, firme, te conectaras con la vida, con la verdad. La perplejidad de sentir que tus manos y las suyas conocen desde siempre los laberintos del placer, como si sus cuerpos llevaran años explorándose, con el desafío de descubrir siempre algo diferente. Esa complicidad compacta que sólo da el tiempo, esa perfecta graduación de la ternura a la pasión. La besas en el punto exacto de su nuca. Ella se acurruca en ese hueco de tu cuerpo que parece haber sido creado para su reposo.

........................................A veinte años, Luz

Isabel Coixet.

Ocurre después de la comida. Tras el tortel, el café, el carajillo. Al mismo tiempo que una brutal somnolencia hace su aparición, cuando las conversaciones llegan a un callejón sin salida y se apagan hasta los rumores de la casa de al lado, esa donde hay un bebé que nunca acaba de crecer. Llega de pronto, como una niebla espesa, más espesa que el humo del tabaco y los puros, y se aposenta encima de la mesa del comedor, en la que ya no caben más migas ni restos de comida, como un batracio satisfecho a partir de las cinco de la tarde, justo cuando uno está pensando en tomar otro café. Es la tristeza del domingo por la tarde, ese estado entre la melancolía y la pura pena que ataca a todo bicho viviente entre los tres y los noventa y tres años. Ese estado que condujo a Proust a meterse en la cama y a no querer salir por más magdalenas y té que Céleste le trajera. Esa extraña congoja que empuja a mucha gente a invertir los patrones del tiempo y a intentar con desesperación prorrogar el sábado hasta el martes y a poblar los after que abren el domingo al mediodía. Esa mezcla de vagos recuerdos de infancia llenos de relamidas voces de locutores deportivos y horribles sintonías que llenaban el patio de vecinos y cuadernos escolares con deberes a medio hacer y la sensación de empezar todo de nuevo y el miedo a que nuestros amigos del viernes hubieran formado otras alianzas durante el fin de semana y ya no nos «ajuntaran» el lunes, y el miedo, también, a que la señorita se hubiera olvidado nuestros nombres.
Domingos por la tarde en ciudades desconocidas, en hoteles con moquetas imposibles y habitaciones con baños color marrón que te empujan a pasear por bulevares vacíos con tiendas cerradas y gente que bebe sola en cafés a punto de cerrar.
Domingos de adolescencia a la salida de la Filmoteca, después de ver una película de Bergman (que en sus memorias hace varias referencias a la tristeza suprema del domingo por la tarde) que nos zarandeaba hasta la médula y que nos empujaba a partes iguales hacia el deseo de hacer cine y hacia el cementerio.
Domingos de invierno en una estación de metro en Brooklyn, donde un hombre negro alto como un jugador de baloncesto empezó de pronto a darse cabezazos contra una columna de hierro hasta abrirse la cabeza mientras aullaba: «Odio los domingos, Dios, cómo odio los domingos», mientras la gente, desde el andén de enfrente, chillaba: « Sí, hermano, ¿y quién no?». (Las huellas de la sangre quedaron durante mucho tiempo en esa columna)
Y, sin embargo, hasta la tristeza del domingo por la tarde tiene cosas buenas. Conozco parejas que se han conocido compartiendo ese miedo a la tarde del domingo. Conozco gente que empieza una novela siempre en domingo. Otros, durante el rodaje de una película, deciden empezar a rodar justamente en ese momento, dado que, a efectos de la complicada contabilidad ancestral del departamento de producción, cuenta como lunes.
Existen también personas que dicen no sentir nada especial esa tarde, que afirman que, a ellos, lo que de verdad les deprime es el miércoles por la tarde, o el jueves por la mañana. Pero es sabido que hay gente que haría cualquier cosa por ser diferente de los demás, hasta fingir una alegría que no sienten un domingo por la tarde.


..........................................Domingos por la tarde

Julian Barnes.

El caso es que ella está dormida, dándome la espalda, de costado. Las habituales estratagemas y cambios de postura no han logrado inducir la narcosis en mí, así que decido instalarme contra el suave zigzag de su cuerpo. Cuando me muevo y empiezo a acomodar mi espinilla contra una pantorrilla cuyos músculos están aflojados por el sueño, ella intuye lo que estoy haciendo y, sin despertarse, levanta la mano izquierda y se aparta el pelo de los hombros y lo amontona sobre su cabeza, dejándome su nuca desnuda para que me acurruque en ella. Cada vez que hace eso siento un estremecimiento de amor por la precisión de esta cortesía durmiente. Me escuecen los ojos a causa de las lágrimas y tengo que contenerme para no despertarla y recordarle mi amor.
En ese momento, inconscientemente, ha tocado un fulcro secreto de mis sentimientos hacia ella. No lo sabe, naturalmente, nunca le he contado este mínimo y preciso placer de la noche. Aunque se lo estoy contando ahora, supongo... ¿Creen que en realidad está despierta cuando lo hace? Supongo que podría parecer una cortesía consciente, un gesto agradable, pero dificilmete algo que denote que el amor tiene raíces debajo de la conciencia. Tienen razón en ser escépticos; deberíamos ser indulgentes sólo hasta cierto punto con los amantes, cuya vanidad rivaliza con la de los políticos. Sin embargo, puedo ofrecer más pruebas. El pelo le cae hasta los hombros. Pero hace unos años, cuando nos prometiero que el calor del verano duraría meses, se lo dejó muy corto. Su nuca estaba desnuda para el beso todo el día. Y en la oscuridad, cuando estábamos bajo una sola sábana y yo sudaba como un calabrés, cuando el tramo intermedio de la noche era más corto pero aún difícil de atravesar, entonces, cuando me volvía hacia esa S relajada que había a mi lado, ella, con un suave murmullo, trataba de levantarse el pelo perdido de la nuca.

- Te amo - susurro en esa nuca durmiente-, te amo.


........................La historia del mundo en diez capítulos y medio
Empiezo a tener miedo de mi misma.
Porque ya me conozco cómo va esto.
Los llantos cíclicos, el buscarle el quinto pie al gato, la desgana (ah, no, esto es nuevo).

De repente me doy cuenta que somos muy distintos. Demasiado.
Y no sé si esto va a aguantar.

Ni sé si debería aguantar.

23.10.08

Absolut feeling.

No, no, no, esto tengo que contarlo.
Salía del campus donde está Medicina.
Mi ánimo estaba... raro. En stand by. Mal.

Y de repente, tuve un momento de felicidad plena.
Estaba saliendo, hacia el super para seguir con mi vida mundana. El camino pasa por entre unos arbustos. Escuchaba a los guardias de seguridad hablando en su caseta. Acababa de mirar por las ventanas de la biblioteca y de pensar que cómo cada vez que leo mis apuntes entiendo cosas que antes no entendía y que quizás por eso suspendí: por no entender.
A lo lejos, o no tanto, el ruido de los coches en la calle.
Olor a flores nocturnas, de esas que por mi barrio sólo se huelen de noche.
Brisa suave, temperatura ideal.
Y de golpe fui feliz.

Tuve que pararme del susto.

22.10.08

Objeto de estudio.

Tenés una manera muy rara de mirar. De reojo, pero intensamente.
Una manera de peinarte con los dedos que fue lo que más me fascinó de vos al principio.
Calcetines blancos. Siempre, que yo recuerde.
Ojos hundidos, ojeras marcadas, nada desagradables. Como Viktor. Personalidad.
Una voz grave, que se acelera demasiado al hablar.
Dedos finos.
Lunares en la nuca, cerca de la oreja derecha.
Gestos medidos, tranquilos, pensados. Hasta que algo te recorre y te repente sos electricidad pura, movimiento constante.
Risa ronca, espontánea.
Llevo tres años observándote, vigilándote, perdiendo la vista en tu persona.
Llevo dos años leyéndote, intentando adivinar qué hay detrás de tu silencio.

¿Sabés qué? No lo sé.
El misterio sigue ahí.
Tu mente no me permite la entrada.
Y a pesar de mi curiosidad innata, de que me da ganas de gritar y patalear y quejarme porque me dejes fuera, de mis inútiles intentos por escabullirme, creo que estoy bien así.
Que me acostumbré tanto a mirarte, que no me importa no poder conocerte.



........................................................................¿Era una mirada de socorro?

20.10.08

Olores.

Entré en el baño, me senté en el inodoro, deambulé con la vista y lo vi.
Ahí estaba. Como el enemigo que se cuela en tu propio hogar.
Blanco y azul, mirándome.
No pude evitarlo.
Lo olí.
Y es justamente con los ojos vendados cuando más siento su ausencia.

17.10.08

Repaso.

De alguna manera todo en mi vida empezó a acelerarse. Y consigo equilibrar todo, lo que le da una sensación de irrealidad increíble.

De repente me doy cuenta de que estoy enamorada. Y no sólo eso, sino que lo estoy de la persona más alejada a lo que podría calificarse como el prototipo de chico de mi pasado.
Lo cual está bien, pero es desconcertante a la vez. Porque, bueno, no sé cómo manejar ciertas cosas. Como los cumplidos, las cenas fuera, los detalles, las ñoñerías varias.
No significa que él sea perfecto y todos los anteriores no. No. Significa que estoy tan acostumbrada a la manera de ser de los anteriores, y me gustaba tanto, que este registro totalmente nuevo me descoloca por completo.
Así que suelo cagarla y cabrearme. Con él y conmigo. Y lo soluciono. O lo soluciona él.
Y pienso y me como la cabeza. Ya no tanto por unas cosas, más por otras. Pero sobretodo porque pienso en cuánto va a durar esto, estas sonrisas y esta felicidad y esta ternura, y todo se volverá gris y negro y lluvioso y tortuoso.

Y alrededor mío tengo tantas cosas...
Está ese ser tan perfecto y maravilloso que me hace reír y sonreír y añorar algo que nunca tuve.
Que me llama cada 15 días y lo escucho del otro lado, con su risa ronca y esa cara que que está poniendo, contándome que está tan agobiado que está feliz, y de repente siento que en realidad la vida es muy fácil, es blanco o negro, es luz u oscuridad, es felicidad o tristeza. Y yo, cuando él está ahí, siento que todo es blanco, luz, felicidad. Que puedo ser lo que quiera ser. Quien quiera ser.

Tengo ciertas personitas que me alegran todos los días, con las que hablo hasta por lo codos, que me hacen reír y me consuelan cuando lloro, y que creo que realmente no saben lo que significan para mí. Grupo de personitas que fluctúa, se ampía y se reduce, pero generalmente se amplía.
Y más ahora, que decidí que no puedo seguir siendo así, y estoy abriendo puertas y ventanas y gateras para que todo el mundo que quiera se cuele dentro mío. Y me olvido de la timidez y del miedo al rechazo y todas esas cosas que me impiden acercarme a alguien al que conozco poco y empezar a hablar.

Además, estoy haciendo lo que me gusta. Cuando me gusta. Donde me gusta. Y vivo en una ciudad verde y amarilla, con azahares por todas partes, gente simpática y abierta, música en cada esquina y un río tornasolado.
Me cuestiono la existencia, las formas y el contenido, los límites de la verdad y de la libertad, las intenciones comunicativas, los símbolos, las maneras de contar. Amplío mi mente, mis horizontes, las perspectivas. Aprendo. Conozco nuevas formas de mostrar. Me nutro de armas para defender mi futuro, mi pasado y mi presente. Crezco.


Mi vida es un torbellino. Un remolino. Una ilusión.

Tengo casi 21 años, miles de vidas pasadas, muchas vidas futuras, una paleta de posibilidades y de colores y de formas, decenas de hombros donde apoyarme a descansar en el camino y una sonrisa en los labios.

15.10.08

A veces me canso de tanto drama.
Y gustaría que vuelva a ser simplemente él.
Pero después recuerdo que él es todo ese drama.

14.10.08

Desmembramiento.

Soy amor.

Regalo fibras de mi corazón a la gente que la vida me acerca. Reparto mi corazón a trozos, a cachitos, a pedazos, a montones.
Y la gente me da trozos del suyo para que lo reconstruya. Pero no son suficientes.

Las personas estiran mis fibras. Las aplastan, las machacan, las queman. Las cuidan, las miman, las alimentan.
A veces, me las devuelven. A veces, se las llevan muy lejos. A veces, siempre estuvieron lejos. A veces, ni los conozco. A veces, les regalo también otras partes.
A veces, ellos vuelven.
A veces, los pedazos se regeneran.

Pero casi siempre no tengo nada. Lo dí todo, a todos. Y el hueco en mi pecho, que debería ser un agujero negro, es un monumento de granito.
"A la entrega" reza.

11.10.08

El juego de la soga.

Hace años aprendí que es posible amar a dos personas a la vez.
El problema es repartir los pensamientos para no ser injusta.
Repartir los sentimientos, las palabras, los latidos. Dividir. Divide y vencerás.
Yo sólo quiero encontrar el equilibrio...

Alucinar.

Tengo tal necesidad de un poco de tonteo inofensivo, que realmente creo que el novio de mi amiga intentaba ligar conmigo.

10.10.08

Primeros tesoros.

Los veo caminar juntos, a la distancia, comiendo alguna clase de dulce que no puedo precisar. Cruzar la calle, las cabezas juntas, hablando.
Los recuerdo hace unos minutos, sentados, haciendose bromas, volviéndose locos el uno al otro, tirándose algo a la cabeza, pidiéndose consejo sobre qué ponerse, riéndose y siendo ellos.
Apoyada en la parada provisional del C4, "Ahí van los dos primeros chicos con los que me acosté", con ternura, con amor.

Visitando nuestro nido.

Podría negar que el tocar su piel mandó miles de señales eléctricas a mi cerebro.
Podría negar que volver a estar en contacto con su olor me hizo sentir en casa.
Podría negar que disfruté de nuestras pequeñas peleas y conversaciones antiguasnuevas.
Podría negar que lo miré alejarse con una sonrisa en los labios.

Pero, ¿para qué negar lo innegable?

8.10.08

Te inventaré en cualquier mirada/cualquier gesto/cualquier cara

Me di cuenta de que cuando más contenta estuve con mi cuerpo, más a gusto dentro de mi propia piel, fue cuando estaba sola y con todos.
Cuando tonteaba hasta con las paredes.
Cuando me liaba detrás de una columna.
Cuando lo hacía en el suelo del baño.
Cuando me descubrían en habitaciones ajenas.
Cuando miraba fijamente nucas y lunares y tobillos y pelo y suspiraba.
Cuando me subían en brazos por las escaleras, enredada en su cintura.
Cuando insistía e insistía.
Cuando cada fin de semana era una fiesta, una posibilidad, una elección.
Cuando vivía por y para mi deseo.

Rant.

Ahora mismo, cuando estoy cabreada con el mundo, es cuando me atrevo a decirlo

Que es una putada enorme que amigos suyos lean esto
Que las cosas cambiaron más de lo que creía
Que me sorprendo pensando en qué habría pasado si las cosas hubiesen terminado de forma distinta
Que tengo un mundo de posibilidades en mi mano pero no me atrevo a elegir ninguna
Que a veces me gustaría poder gritar y decirle que no me toque, que no quiero verlo, que me deje respirar, que solía tener una vida independiente y que la extraño, y que me extraño en esa vida
Que a veces me gustaría poder decirle que no me suelte, que no me deje sola, que me abrace por las noches hasta que nuestra eternidad dure
Que no soporto su sonrisa y su modo de consolarme, porque no necesito consuelo, necesito que me ignore hecha un ovillo en la cama y espere a que se me pase, sin tomarme en serio ni sentirse herido por mi comportamiento, porque me cabreo por lastimarlo y lo lastimo porque me cabreo y es el cuento de nunca acabar
Que estoy harta de callarme y reprimirme y ya no tiene gracia jugar a las metáforas, cuando quiero hablar alto y claro y no puedo porque todo se malinterpreta y llega a sus oídos y a los del mundo
Que nadie debería tomarme muy en serio y menos hoy, y menos esta semana, y menos esta década.
Porque todo está en ebullición y subo y bajo y cambio y odio y amo con una facilidad pasmosa.

Y porque siempre fui una bocazas, dramática, exagerada y fantasiosa, que crea sus mundos y sus dramas rápidamente, y los olvida igual de rápido.

7.10.08

Fact VIII.

Me encuentro sorprendentemente poco dispuesta a luchar.

4.10.08

Looking back in the future.

Me gustaría poder decir que mi primer amor también fue el último.

One step back.

Rectifico:
No fue culpa mía.

No puede ser culpa mía pensar lo que pienso y ser como soy.
No puede ser culpa mía ser sincera.
No puede ser culpa mía ser pesimista con respecto a las relaciones.

Así que no, no fue culpa mía.

No fue culpa de nadie.

Percepción.

Tengo dos olores superpuestos, mezclados.
Dos olores de dos personas.
Dos personas a las que no vi recientemente.

Lo que me lleva a preguntarme, ¿qué hacen sus olores en mi piel?

Empatía.

Después de una conversación telefónica de 1 minuto, supo que algo me pasaba.

3.10.08

The fucking fairytale is over.

Lo que más me duele es saber que soy la culpable.
Que lo defraudé.
Y lo hice al probar, al ver cuánto aguantaba.

Me aterrorizó su reacción, mi reacción.

Empecé siendo la consoladora, terminé siendo la consolada. Porque me da miedo tocarlo, porque vi con horror todo desde fuera y me di cuenta de que lo acababa de perder.

Y en su mundo, la confianza se recupera y todo vuelve a ser como antes.

En mi mundo, esto es el principio del fin.

Sólo quiero que él tenga razón por una vez.

2.10.08

Juzgar.

"Siempre pudiste conseguir prácticamente a cualquiera que quisieses".

Sentencia errónea, desde la base.
Porque a los que conseguí no fue por mi cuerpo, sino por mi arrojo.
Porque a los que conseguí estaban tan desesperados como yo.
Porque a los que conseguí ya los quería y conocía y me querían y conocían.
Porque nunca pude conseguir al que más quise de la manera en la que quise.

Como agua de mayo.

Tus labios recorrieron cada centímetro de mi piel. Besaron mis hombros, mis clavículas, mis estrías, mis pezones, mis cicatrices, mis caderas, mi clítoris, mis muslos, mi celulitis, mi grasa, mis rodillas, mis pantorrillas, cada uno de los dedos de mis pies, mi planta del pie.
Tus besos fueron dedos, cosquillas, plumas, alas, aire, ríos.
Se llevaron el miedo, la inseguridad, la comparación odiosa, la creencia errónea.
Me hicieron amatoria.

1.10.08

Making love.

Piernas enredadas, manos frías, brazos calientes, narices pegadas, besos de duende, de esquimal, de mariposa.
Besos cortitos, pequeños, historias familiares, empezar a aclarar su genealogía.
Besos profundos, la atmósfera cambia, luces rojas, empieza.
Sonido entrecortado.
Acaba, risas, abrazo, se rompe la magia, "lo estás arreglando...", dormir, abrazo.
Despertador, besos, penumbra, Sunny con pan y mermelada, leche con galletas, "Everybody loves Raymond".
Tener que escapar, "guapa", espejo, "pues va a ser que no".
Flotar y volar y frío y música. Autobús.

Si es que no aprendo...

No sé para qué pregunto.
Si nunca me van a ofrecer la respuesta que busco.

Aunque ni yo sepa cuál es.