30.3.09

"Voy a investigar"

Los dedos de sus pies son pequeños y rechonchos, de esos con los que te apetece jugar a los cinco cerditos. Sus pies son más delicados que los míos, más blandos, más suaves.
Tiene pantorrillas finas y rodillas puntiagudas, muslos poderosos, caderas pequeñas. Un ombligo como un agujero negro, costillas masticables, pecho cómodo, hombros redondos, espalda segura y reconfortante. Brazos cálidos, manos prolijas, dedos largos. Un cuello lleno de recovecos, orejas con balcón blanco, nariz única, deforme y preciosa, cicatrices que me recuerdan la suerte de tenerlo, boca suave y saborizada, ojos sobrenaturalmente trasparentes. Piel acariciable, terciopelosa.
Todo él es acariciable, suave, cálido, cómodo, masticable, seguro, reconfortante, único, grande pero pequeño pero grande.
A veces pierdo nuestro reflejo en el espejo.
Traspapelo los besos, extravío las miradas.
A veces olvido tus ojos, veo borrosas tus imágenes.
A veces sólo tengo un video para recordarte.

29.3.09

Placer - Displacer.

A ambos nos sorprendía pasar de un extremo a otro con tanta facilidad.
A él más que a mí.
Porque hace mucho que entendí, leyendo a Platon, que son los dos extremos de la misma cuerda.
Que dentro de uno está el otro.
Porque si no estuviesen esa ternura, esas caricias, el otro extremo dejaría de ser divertido.

28.3.09

Desde otra ciudad miraré el pasado y entonces...

Cuando llegué a Sevilla por primera vez, todo tenía un brillo especial, a promesa, a futuro, a nuevo. De a poco eso se fue perdiendo con el día a día.
Pero a veces el sol brilla de cierta manera y hace determinada temperatura y casi casi parece que tengo todo el futuro por delante.
"Cuando vibra el móvil y no eres tú, me decepciona un poco. (Fact XIV?)"


Una persona que recuerda por qué Fact voy (aunque yo no lo haga nunca), que me llama aunque sea para decirnos buenas noches sabiendo que terminará durmiéndose una hora y media más tarde de lo que debería, que me incita a ser yo misma rabiosamente, que fomenta mis locuras y me dice que me quiere cuando le pregunto si las neuronas sudan, que quiere saber todo lo que hay que saber sobre mí, que es a quien me gustaría contarle todo lo que hago en cada momento, que me entiende mejor de lo que esperaba, una persona así hace que aunque llueva el día no sea gris, que valga la pena dormirse más tarde esperando a que venga a casa, que sonría cuando alguien dice 42.
Una persona así es más de lo que me esperaba encontrar ahora mismo.
Una persona así.

27.3.09

Fact XIII.

A mí no me gustan los rubios o los morenos: me gustan los que sonríen con los ojos.
Recién ahora descubrí la mirada ajena en mí.

26.3.09

Casi como un acto reflejo,

...con una naturalidad pasmosa. Y sí, da mucho vértigo, mucho más que asomarse al balcón desde un noveno, estar hablando en la oscuridad en mi caso, en una cama ajena en el tuyo, en voz baja en los dos.

24.3.09

Dani dixit.

Ahora vas y te enamoras, gilipollas.

Anti-higiene.

Al entrar a la ducha, lo supe.
Todo se había terminado de verdad.
Porque una vez que estuviese debajo del agua, todos sus rastros se perderían.
Ya no tendría olor a sal en la piel.
Ya no tendría epiteliales suyas.
Ni saliva.
Ni nada.
Estaría sola en una ducha gigante, viendo cómo se pierden por el desagüe todo rastro físico de su existencia en mí.

23.3.09

Chicomar.

Chicomar es un cielo y un sol. Chicomar me llevó de la mano a ver el mar y me dijo "ahí está el mar". Chicomar cambió de cara en cinco días. Chicomar me buscó un parque con "lago" y que se llame San-algo. Chicomar sonreía con los ojos y con toda la cara. Chicomar hizo una lista de cosas por las cuales yo era guay entre beso y beso. Chicomar me explicó miles de cosas. Chicomar me hizo daño. Chicomar me compró sandwiches de miga. Chicomar no se quejó cuando ponía a parir a su (otro) idioma (e incluso me tradujo y me enseñó algunas palabras). Chicomar entendió. Chicomar me ayudó a romper barreras y dejarme ir. Chicomar tampoco se explicaba cómo podía ser todo tan fácil. Chicomar me sostenía el bolso y me miraba con ternura mientras yo me metía en el agua helada del mar, borracha y nocturna. Chicomar tiene el mismo concepto de "sexo" que yo. Chicomar recuerda cada momento de los dos a pesar de tener una memoria horrible para otras cosas. Chicomar también piensa que esta mesa es demasiado grande. Chicomar habla de krakens. Chicomar me miente y yo le creo a pies juntillas. Chicomar disfruta conmigo de mis descubrimientos sobre el lugar. Chicomar es curioso. Chicomar es directo. Chicomar me besó por primera vez en el autobús A1, entre edificios bonitos y justo antes del almanaque de setos. Chicomar me hizo reír para no verme llorar desde la ventana del autobus. Chicomar me llevó a visitar cafés. Chicomar me dijo "te quiero" primero para que yo no tenga que hacerlo. Chicomar me mostró su ciudad y no la de todos. Chicomar dice que hay que mirar hacia arriba o te perdés los ángeles (y siento que eso tiene un significado oculto que no consigo descifrar). Chicomar se rie cuando bailo para él. Chicomar no me puede dejar de mirar. Chicomar me creó un mapa mental de la ciudad porque supo que me gustaría. Chicomar me llevó a jugar a rol. Chicomar también piensa que deberíamos ver cuánto aguantamos en una habitación con una cama y comida. Chicomar es capaz de dejar de lado sus deseos para compartirme con otros. Chicomar también tiene problemas para encontrar las gafas de sol adecuadas. Chicomar va recogiendo cosas del suelo. Chicomar se sorprende de que le diga lo precioso que es. Chicomar me lleva como "objeto sorprendente" a su clase de creatividad. Chicomar me besa como se debe besar. Chicomar me dejó marcas y moratones. Chicomar es genial.
No sé cómo tuve el valor de subirme a ese autobús y sentarme en mi sitio sin bajar corriendo a refugiarme en esos brazos y si el autobús arranca y se lleva mi maleta, que lo haga, que me da igual, porque nada importaría más que estar donde siento que pertenezco.

Scars.

Toco y miro mis heridas de guerra y pienso en esos momentos, esa fuerza, esa ternura al hacerme daño, y no puedo evitar extrañarlo.

15.3.09

Descubrimientos.

Hacíamos un buen triángulo mis ojos, tus labios y su sonrisa.













(¿Cómo puedo evitar mirártelos así, si ahora sé lo suaves que son?)

14.3.09

Toc, toc.

Nunca lo supiste, pero ella era la única con la que querría hacer un trío.
Tres años tarde.

Things that matter.

(Play)

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Y esta agradable sensación de sol interior.

(Y, por supuesto, todo esto)

13.3.09

Y mañana y mañana y mañana y el mar.

Y no es hora de tomar decisiones pero de a poco los carteles de neón van penetrando en mi cabecita y me sigo negando, pero después aparecen los cantos de sirena y no puedo evitar imaginar que y no, pero sí, pero no.
Porque no.
No.
No.
NO.

Tengo que parar esto.
Antes de que me encuentre frente al mar. Con la mano fría y vacía.

12.3.09

Desde el techo.

A veces lo pienso y no entiendo cómo pude estar con él. Si era prepotente y creído, si no me dejaba hablar, si parecía que nunca le importaba lo que decía, si todo era una lucha.
A veces lo pienso y no entiendo cómo no estuve con él desde antes. Si me hacía sonreír y reír desde que lo veía, si dejaba de lado a sus amigos para venir a verme cuando estaba mal, si compartíamos miles de gustos, si potenciaba mi parte creadora.

Estuve con él. Con la familia problemática, con el miedo que me daba a veces el pensar en su futuro, con su incapacidad de pedir ayuda, con todos los contras inimaginables.
Lo volvería a hacer. Una y otra vez. Como en el día de la marmota.
Porque cuando nos imagino por la noche, su pierna derecha sobre mi cadera, tirándole de los pelitos de las piernas mientras hablamos del día, de la vida, del futuro, mirándonos a oscuras, susurrando o no tanto, siento que ese era el momento y el lugar.
Pertenecía ahí, con él.

11.3.09

Ravelizada.

Y así estaba yo, con la luz apagada, mirando al techo con mis ojos de topo, pensando en fotografías y regalos y películas, mientras entraba la luz del puente por la ventana, con la música demasiado alta para ser las 2 de la mañana, cuando descubrí que en realidad sí me gusta la música clásica, y cuánto se puede sentir en la oscuridad.

Desde la cama.

Me gusta mirarte. Cuando te pones algo de ropa, cuando te paras y vas al baño, cuando cerras la puerta, cuando no la cerras. Mientras estas parado delante del lavatorio, acomodandote los calzoncillos.
Me gusta mirarte sin que lo sepas, admirar ese cuerpo que tanto me gusta y que fue mio durante unos minutos. Quisiera prolongar esos minutos eternamente, y que solo existamos nosotros dos y esa cama.
Que todo el Universo se reduzca a eso.
A una cama y dos cuerpos. Eternamente.


(05/08/06)

Lukas.

Y durante un segundo, pude entrever el diablo que lleva dentro. Solo durante el tiempo que le tomo al humo salir de su boca, pude ver el brillo de sus ojos, la mueca de su boca, y su expresion de maldad. Y aunque le venia diciendo que fumaba demasiado, quise decirle que siguiera fumando, solo para ver su verdadero yo.
Porque debajo de cada oveja se esconde un lobo.


(13/08/06)

9.3.09

Sleep well tonight.

Dormí con personas que se agarraban a mí como garrapatas. Personas que dormían pegadas a la pared y me dejaban todo el resto de la cama para mí. Personas que pegaban patadas o amanecían fuera de la cama. Personas que me metían mano dormidas (generando cosas maravillosas, por cierto). Personas que soñaban conmigo. Personas que usurpaban mi sitio y tenía que dormir con medio cuerpo fuera de la cama. Personas que me robaban el edredón. Personas que duermen con los ojos semi-abiertos. Personas con las que me acoplaba de maravilla. Personas con las que no podía dormir. Personas que me echaban todo el pelo a la cara. Personas a las que arropaba por las noches. Personas que lograban echarme de la cama a base de empujones y patadas. Personas con las que me acurrucaba en el centro por el frío. Personas con las que nos coordinábamos para girarnos. Muchas personas, diferentes personas de diferentes maneras.
Pero con la que mejor dormí nunca fue con Mei. Porque tiene la capacidad de crear una cama preciosa de la nada, porque nos movemos igual de poco, porque tiene el pelo tan corto que, aunque me asusta, no logra ahogarme con él, porque no le importa que ponga la mano en su cadera ni se incomoda porque lo haga.
Extraño las noches de Londres, en las que dormía con ella mientras Ana jugueteaba con mi pelo desde la otra cama.
Extraño las noches de Londres.

7.3.09

Tengo que alejarme de Galicia.

6.3.09

Day after day.

Me refugio en mi cueva de sábanas calentitas porque no tengo unos brazos donde hacerlo, duermo durante horas, me despierto y vuelvo a dormir varias veces, leo un libro por noche, lápiz en mano, suplico que haya sol antes de levantarme de la cama y comprobar que no lo hay, me mandan mensajes divertidos por las noches para ir juntos a clase, las sábanas huelen levemente a vos (¿o son mis recuerdos los que lo hacen?), fumo, quiero fumar con la misma placidez que Melanie mientras los pájaros se amotinan detrás de ella, la gente que fuma sigue pareciendo plena, lleno mis tardes con retos y películas para no sentir que estoy tirando mi vida a la basura. Y así voy, de a poco, sin notarlo, sintiendo ese silencio del dolor que dice un francés que dice otro que es la felicidad. Y me gusta.

5.3.09

Autobuses.

Hay personas a las que no les deberían permitir oler tan bien, ni llevar esa camisa celeste a rayas, ni tener esa barba de tres días, ni esos ojos profundos ni esa piel oliva, ni esos dedos tan largos y tan rectos y tan curvos que no puedo evitar pensar...

4.3.09

Y si te regalo una foto.

Nunca un hueco en una hoja me hizo sentir tan libre.

Adiós, hobbit, adiós.

Futuribles.

Vi tu futuro con la chica pelirroja.
Tenías un perro pequeño, color marrón.
No parecías feliz, pero tampoco triste.







(Me jode ver futuros ajenos pero nunca el propio)

3.3.09

Y así, como unos estúpidos, perdimos dos años en miraditas.

2.3.09

Los grandes amores van siempre en mayúscula.

Cuando Elián tenía un par de años, me llamaba Nana.
Todos estábamos sorprendidos de que pudiese pronunciar Pablo, pero Ana le costase.
Hoy descubrí tres cosas: que Jano me llama Nana, que me conoce y que me quiere.
Jano estuvo tres días internado con su cuarta quimio. Uno de esos días, le pregunto, para que no se olvide: ¿cómo se llama tu madrina?
-Nana, dice. Y después agrega:
-Elian e e mamá, Nano e e anina.
Traducción: "Elian es de mamá,Jano es de la madrina"


Nunca pensé que sentirse querida se sentía así.


(Súmenle un año, quiténle el pelo, cejas y pestañas por la quimio y tendrán a mi morrongo, El Pequeño Buda)