16.9.08

Primeros días del resto de mi vida.

Hace tres años, empecé mi nueva vida de un manera espectacular: en un mismo fin de semana estuve con el amor de mi vida y con uno de los candidatos a primer amor.
Demostré lo loca que me tiene, lo fácilmente manipulable que soy (con él), lo mucho que lo deseo, lo que nos divertimos juntos, lo que le gusto, la inocencia que sigo teniendo.
Bailé una danza lenta, un beso familiar mil veces repetido, esas ganas locas de abrazarlo, ese flotar mientras me alejaba y me preguntaba qué acababa de pasar.
Sin olvidarme de yo al día siguiente, repitiendo "guay" cabreada, encaminándome a lo desconocido, comiendo tortilla y pasta, dando regalos con dedicatorias y recibiendo abrazos a cambio (de otro candidato a primer amor, por cierto), y después profanando camas ajenas, robando condones, durmiendo con él por primera vez (su mano en mi cintura), pasando vergüenza semidesnuda y probando lo que iba a ser mi vida.

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