12.6.09

Era raro pensar que, sólo un año antes, nos dormíamos así. Mi cabeza en tu pecho, acunada por tus latidos, tu brazo alrededor mío, acariciándome la cabeza.
Salvo que ahora estábamos en vertical, y a kilómetros de distancia.
De lo que éramos, de lo que somos y del otro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario