24.6.08

Carta a una madre ajena.

Tiene esa cualidad zen que me gustaría tener a mí, esa tranquilidad del trabajo bien hecho, sus prioridades totalmente en orden.
Se sienta en la terraza a leer mientras mira la Giralda, escucha música y fuma, estudia para trabajar en su adicción.
Dejarme fue lo mejor que le podía pasar.
Así que si la pregunta es si es feliz, sí, tu hijo es feliz.

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