21.11.09

Un viernes que es un domingo, guardé mi amor en una caja.

Son las 3.36 de la mañana de un viernes de noviembre.
La ventana está abierta.
Podría estar aullándole a la luna. Si hubiese.
Pero en cambio estoy acá, sentada, escribiendo, secándome las lágrimas derramadas por un hombre. Otro más.
Escribo con algo que no es de mi elección. Preferiría una pluma, un bolígrafo incluso.
Pero utilizo estas hormiguitas efímeras para poder gritarle al mundo.
No recuerdo dónde encontré un
poema. Un poema que fue un grito.
Vi el pasado, vi el presente y vi el futuro en él.
Un yugoslavo tuvo que venir a contarme lo que yo había olvidado, lo que no quería ver.
Que no puedo aferrarme a algo momentáneo. Que todo lo que empezó acabó.
Que su amor nunca fue el mío, pero que decidí olvidar esa parte.
Que nunca hubo un futuro con alguien que no quiso tenerlo.

Pero esto no es sobre él.
Esto es sobre mí.
Sobre como los hombres condicionan mi existencia. Cómo me arrastro por ellos, dejando que me guíen. Cómo necesito tenerlos para sentirme completa.

Él sólo es el último de una larga cadena.
Todos se cansaron.
Todos se fueron.
Todos me dejaron.
Salvo uno.
Pero porque creía que podía salvarme, cuando yo no quería ser salvada.

No quiero. No quiero elevarme desde mi cama, limpiarme las lágrimas y seguir.
No quiero seguir.
Porque cuando creo que estoy bien, cuando creo que puedo amar de verdad, logro ahuyentarlos de nuevo.
Me doy cuenta, en una cama de sábanas blancas, que no está enamorado de mí, y que yo sí lo estoy de él. Se lo digo y no lo niega. Es así. Pero no quiero saberlo, así que no lo sé.
Hasta que un día la realidad me golpea.
Y escribo cosas que no publico, cosas como: "
Cada vez me siento más desesperada, más incorrecta, más estúpida.
Nunca te dejé ir realmente. Y así nunca podrás volver. Si es que en algún momento querés hacerlo.
Viví tu vida y yo viviré la mía, y si nos volvemos a encontrar nos contaremos lo que hicimos, cómo lo hicimos, cuándo lo hicimos. Nos pondremos al día como hacen los viejos amigos.
Porque seguir así me parte el corazón. Y ninguno de los dos quiere eso."

Cosas que sé que no quiere saber pero que necesito decir.
La única culpable soy yo.
La que seguía manteniendo la esperanza.
La que creía que había algo.

No necesito más culpables en esta historia. No es lo que busco.
Esto es el reflejo de mi vida, de como una y otra vez salgo lastimada pero nunca dejo de intentarlo.
Pensaba que esta vez funcionaría. No fue así.

Sigo acá. No me voy. No corto lazos, comunicaciones, contactos. No dejo de quererte.
Pero no te busco. Reprimo los recuerdos. No hago planes.
Simplemente, sobrevivo.

1 comentario:

  1. Justo ahora estoy inmersa en el mismo proceso que tú, yo estoy enamorada de él y él no lo está de mí. Pero, ¿Sabes qué?. Si tienes algo que decirle, díselo, no dejes que te explote dentro. Si nosotras tuvimos que escucharles, si tuvimos que tragarnos nuestro propio corazón, que ellos nos escuchen a nosotras también. Y si les duele, pues "bienvenido a mi mundo".

    Sólo sacando las cosas de dentro y teniéndolas enfrente se les puede decir adiós para verlas alejarse.

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