24.11.08

Bi-trenza, bienza.

Desde fuera todo es simple.
Pero es difícil hacerlo, a pesar de que sé que es lo mejor.
Desenredarme, desengancharme, desasirme.
De alguien que no me quiere como yo lo quiero.
Que no me espera como yo lo espero.
Que no espera.

Porque lo único que quiero hacer el llamarlo y contarle mis planes para Nochebuena, quejarme un poco de la carrera, de que no tengo tiempo para leer ni para ver películas, que me hable de sus clases de alemán y de semiótica, que se ría y respire, que me diga que no sabe por qué me cuenta eso, que se despida diciendo que ya hablamos, que falta menos para vernos.

Pero sé que si lo hago, seré suya eternamente.
Y a veces, esa idea es demasiado tentadora...

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