5.8.10

He is a keeper.

Su familia me olisqueó y decidió que era de fiar. Me hicieron comer como si estuviese desnutrida. Di vueltas por su casa, toqueteando todo. Revisé álbumes de fotos familiares. Visité su antigua casa, su antigua habitación. Descubrí que, a 10.000 km de distancia, jugábamos con prácticamente el mismo ciempiés de peluche. Dormimos abrazados. Dormimos mucho, supongo que para recuperar las horas perdidas por el insomnio el mes anterior. Fue mi pinche de cocina, y mi fotógrafo personal. Me prestó libros y películas, me mostró los cuadros de su hermana la artista y me hizo sentir en mi casa. Recorrimos sus calles y sus historias. Conocí a sus amigos, que me preguntaron si podían morderme una teta y le dijeron que era más guapa de lo que parecía. Nos bañamos en su piscina de juguete. Creamos nuevos personajes, como Toby el perrito especial y su hermano Timmy, el torpe. Y Cara de Pene, con su vida tan penosa (ja). Pensamos nuevas historias Disney. Me pidió que fuera su rascadora oficial, pero todavía me debe el anillo. Planeamos nuestra boda ficticia, y mantuvimos esas absurdas conversaciones de mentira que cualquiera creería que son de verdad. Me metí con él, se metió conmigo. Me hizo reír hasta que apareció mi risa Pulgoso, recordando mi episodio con Pepito el caja. Exprimimos los días al máximo, para que cinco nos pareciesen diez, pero siempre nos falta tiempo.


He is a keeper.





Y ahora toca esperar.

2 comentarios:

  1. Aquí tienes tu hogar. Hay una cama que espera tu regreso.

    (Te digo lo mismo que dice la nota de mi almohada.)

    ResponderBorrar
  2. Pero así espera cualquiera, por dios!!!
    No me preguntes por qué, pero me hace esto tanta ilusión como si fuera a mí a quien le pasa, jajajajaja.

    ResponderBorrar