5.8.08

Bremen.

Tuve que estar acá, en esta ciudad.
Y él tuvo que estar ahí, en esa ciudad.
Para encontrarlo.



Para encontrarlo y saber que siempre había estado ahí. Que la respuesta estaba en su infantilismo desmesurado, sus ñoñerias, su sonrisa y su mano en la mía.

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