Las cosas ya no parecen tan terribles. Ya no son tan terribles.
La situación sigue igual, pero está más asimilada.
Hablamos con Buenos Aires. Y están bien. Él está bien. No es tan grave como parecía al principio.
Así que duele, pero por el dolor, no por la pérdida. Porque probablemente no haya pérdida. Porque podré conocerlo, y podrá conocerme y llenarme la cara de besos con chocolate y tirarme del pelo y decir mi nombre.
Me alegro de que haya mejorado la visión de la situación, aunque solo sea un poco :D
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