Cuando la muñeca perdió la cabeza, tendría que haberme dado cuenta de que algo iba mal.
Y ahora, la vida sigue, da vueltas, gira. Y sólo me queda este sofá, estas postales y este sentimiento de fracaso, de dolor, de hacer daño.
Porque sólo puedo pensar en el daño que le hice, en el dolor que genero, en que ya no me tiene para sentirse mejor.
Me gusta como está escrita la entrada, aunque no me entere del contenido demasiado bien :D
ResponderBorrarUn saludo
Mi querida Ann, siempre estaremos unidas por nustros blogs! vuelvo el 23 y el 7 me marcho a BCN, hare una despedida, espero que vengas!
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