Saliendo de Badajoz capital, el sol durmiéndose sobre los edificios, música conocidadesconocida en mis oídos, abrazos frescos en mi cuerpo, miradas amadas a la distancia y un hay veces que simplemente te adoro recién leído.
Y ahí me di cuenta de que en este preciso y precioso instante, a pesar de todo lo que pasó y está pasando, soy feliz.
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