Privación sensorial.
No puedo seguir viendo bebés, ni embarazadas, ni luces de Navidad.
No puedo seguir encontrándome con esos libros con títulos inconvenientes, con esos músicos callejeros que tocan música inconveniente, con esos olores.
Esos olores, esos ojos, esas barbas, esa ropa, ese tipo de pelo, esa altura.
Necesito encerrarme en una habitación a oscuras, sólo yo y un montón de drogas para no pensar, para no sentir, para no hablar.
Y cuando todo esto pase, volver al mundo real.
A lo mejor, encerrandote solo en tu cabeza, alcanza.
ResponderBorrarTodo loq ue necesites, está ahí adentro.