Hablo con vos a oscuras. Veo las caras que ponés, siento cambiar tu ánimo, sonrío cuando me decís muy serio lo mucho que me querés o cuando hablamos sobre el futuro. Nos despedimos, me quedo vacía, pero puedo tocar tu piel.
Entonces algo ajeno a mí y a nosotros me fuerza a encender la luz.
Y te pierdo dos veces.
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