Persianas bajas, oscuridad y calor debajo de las mantas.
Conversaciones ficticias, palabras reales.
Intento despertarme pero no lo suficiente.
Y entonces lo siento. Sale desde el fondo de mi mente somnolienta, se instala en mis dedos.
Lo dejo crecer dentro de mí, mientras caigo en la inconsciencia y vuelvo a salir.
Navego entre la bruma hasta que encuentro el botón y me dejo ir.
Crece, crece, crece, crece hasta que ya no tiene hacia dónde crecer. Se pierde, se desvanece, no prospera.
Revivo, de a poco, sintiendo hormigueos, dándome cuenta de que ya estoy despierta y la vida real me espera.
Adoro el erotismo latente de todos tus textos (o que mi mente es una pervertida)
ResponderBorrarResponderé al guante un día de estos. Suerte con los exámenes.
yo tambien, cuando saco las manos de debajo del edredon con el frio que hace es cuando se me congelan, es que tengo mala suerte hasta durmiendo
ResponderBorrarNo, tu mente no es una pervertida...
ResponderBorrarNo es cierto. Hay erotismo latente en todos tus textos, y te encanta.
ResponderBorrarAl menos reconócelo :P
Me gusta volver a mis orígenes!
ResponderBorrarY lo que intentaba decir con "No, tu mente no es una pervertida" era que sí que lo había, especialmente en esto, y sí que estaba hablando de lo que cree que estaba hablando.