Leyendo un post viejo de acá me di cuenta de ciertas cosas sobre Argentina que extraño y que no sabía que extrañaba.
Como los piropos. Pero piropos de verdad. De los de no saber si sonrojarte, putearlos o agradecerles con una sonrisa de princesa (era una adolescente huraña; desarrollé la habilidad de hacer fuck you mientras me alejaba, de una manera tan sutil que parecía casi delicada). Piropos guarangos. Oh, y la palabra "guarango". No hay ninguna que signifique exactamente lo mismo acá. Oh, guarango...
Y los sandwiches de miga. De verdad, no entiendo como acá no hay. Y como a mi abuela le gustaban de zanahoria y huevo duro, cuando los mejores son, sin duda, los de huevo duro y jamón crudo.
Los alfajores de los kioskos. Milka de mousse, de tres pisos, blancos, negros, con almendra por encima, rellenos de fruta, de dulce de leche, de chocolate... Todas las golosinas en general. Amo las gominolas, pero la oferta de cosas chocolatosas es limitada, casi nula.
Reconocer los acentos. Saber si la persona era de Córdoba, de Mendoza o de Rosario. Acá todo me suena más o menos igual. Distingo el punto cardinal y mucho es.
Y las garrapiñadas. Daría lo que fuera por un paquetito de garrapiñadas calentitas ahora mismo.
Pero lo que más extraño, sin ningun tipo de duda, es entenderlo todo. Nada de preguntas, nada de sentirme excluída de un grupo, nada de dudas, nada de sacar cosas por contexto. Entender absoluta y completamente todo.
Lol in translation
ResponderBorrarBueno... si te sirve de consuelo, aquí también hay garrapiñadas =) Sólo que sólo las hay en días de fiesta.
ResponderBorrarUn beso! :*
Sip, Lost in Translation.
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