29.7.09

Supielmipiel.

Tengo las manos pequeñas, pero fuertes. Despacio, muy despacio. Círculos, líneas, movimientos rotatorios. Los dedos resbalan por la piel. La aprietan, la acarician. Presionan.
La piel se relaja, los músculos se relajan, las articulaciones se relajan, los huesos se relajan, la persona se relaja. Yo puedo sentir cada centímetro de piel, cada poro. Después de un rato, la piel desprende un aroma particular.
Siento los músculos debajo, se tensan, se estiran, se mueven. Son seres vivos atrapados por una tela gigante, flexible, dura.
Ya no veo nada más que eso. Ya no siento nada más que eso. Ya no escucho nada más que eso. Se crea una burbuja a mi alrededor,  a nuestro alrededor. Y ya puede derrumbarse el mundo que nada importa.
Estamos unidos por un instante, por la piel. Comunión entre células, entre personas.
Me resisto a dejarla. Pero hay que hacerlo.
Un beso en agradecimiento.

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