No, no, no, esto tengo que contarlo.
Salía del campus donde está Medicina.
Mi ánimo estaba... raro. En stand by. Mal.
Y de repente, tuve un momento de felicidad plena.
Estaba saliendo, hacia el super para seguir con mi vida mundana. El camino pasa por entre unos arbustos. Escuchaba a los guardias de seguridad hablando en su caseta. Acababa de mirar por las ventanas de la biblioteca y de pensar que cómo cada vez que leo mis apuntes entiendo cosas que antes no entendía y que quizás por eso suspendí: por no entender.
A lo lejos, o no tanto, el ruido de los coches en la calle.
Olor a flores nocturnas, de esas que por mi barrio sólo se huelen de noche.
Brisa suave, temperatura ideal.
Y de golpe fui feliz.
Tuve que pararme del susto.
¡Ja! ¡Si pudiera decir a una chica lo que tiene que pensar, no escribiría en un blog llamado Misoginia! :P
ResponderBorrar(Y, enhorabuena por tu momento de felicidad plena. Mucha gente se levanta por las mañanas sólo "por si hoy coincide").
Esos momentos... son antológicos =)
ResponderBorrarEspero que encuentres a diario más momentos como ese... y que se convierta en lo más normal del mundo, y así no tengas que pararte del susto.
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