Una vez más las paredes se cierran a mi alrededor.
Y es raro, porque la ventana está abierta, corre un viento capaz de despejar las ideas más oscuras, ayer fui al cine (y lo disfruté), hoy amanecí acompañada y feliz.
Pero en algún momento algo se torció.
Será el dormir más de la cuenta, el programa de edición que no funciona como debería, el seguir con un ordenador ajeno y sentirme culpable por ello, el tiempo que se me echa encima, la casa vacía, la luz que se extingue, mi caos de vida, el verano que se acerca amenazante, la regla que no me viene todavía, la falta de cosas que me motiven, las ganas de crear que no puedo escuchar.
Quiero salir corriendo.
Correr por el río, hacia la Giralda, que me abracen brazos que hace mucho que no lo hacen, caminar hasta que las piernas me duelan, comer chocolate a las tres de la mañana en un banco cualquiera, volver a casa con miedo, hablar con amigos, escuchar música mientras camino rápido y reflexiono sobre lápices labiales o si teñirme de nuevo o no.
Salir corriendo y alejarme de mí, que hace un tiempo que no soy yo, y ver si así consigo -finalmente- el equilibrio que se me escapa, eso que hace dos días pensaba que tenía, esa fuerza que algo misterioso me había dado.
Salir corriendo y extinguirme y volver a renacer. Nacer y renacer y volver a renacer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario