Se había acabado.
Juro que se había acabado.
Pero entonces me llama dos veces en la misma semana, y me dice que una canción llamada "Veneno" le hace acordar a mí y me encuentro dentro del baño de una desconocida, susurrándole al teléfono que yo también lo echo de menos y entonces lo sé.
Nada se termina.
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