Sé que estás ahí, pero no puedo verte ni tocarte.
Sé que respiramos el mismo aire, pero no te encuentro.
Te siento del otro lado, pero te seguís escondiendo.
Tu vida no se toca con la mía, tus fotos son las fotos de un extraño y seguís empeñado en no entenderme, en no creerme lo que te digo, como si todavía te sorprendieses de dónde estamos.
Entonces hacemos planes independientes, planes lejos del otro, cada vez más lejos. Hacemos como que no nos importa, como que no hay un sentimiento de abandono cada vez que hablamos de cosas que nos alejarán.
Y ahora necesito alejarme de eso, porque si sigo pensando en todo esto...
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