No fue la llamada en sí.
Yo provoqué esa llamada.
Fue la manera de decir las cosas, las palabras elegidas, la urgencia, la frase "dime que no se puede o lo hago" o "esta noche quiero dormir contigo" o "porque esta noche tiene la magia de descubrir que tú estabas detrás de ese número".
Fue intuir la presencia de algo más grande, de algo cercano.
Fue la anticipación de lo que vendrá.
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