Algo cambió en mí. No sé muy bien cuándo. Quizás todo empezó hace 3 años, cuando tuve que respetar las intimidades ajenas. O hace uno, cuando me sentía observada y juzgada por amigos de. O quizás hace un par de meses, o un par de semanas.
Pero lo importante es que cambió.
Y que ahora me gusta mantener parte de mi vida privada.
Se me hace raro. Siempre lo conté todo, para bien o para mal.
Pero ahora no quiero. Me niego a banalizar ciertas cosas, a convertirlas de dominio público y así vulgarizarlas.
No tienen nada de vulgar, ni de banal. Son cosas preciosas, delicadas, con alas.
Entonces me callo. Entonces no digo lo que antes diría. No cuento conversaciones, detalles, sensaciones.
Es todo mío. Y así seguirá siendo.
Porque es para ti. No es para nadie más.
ResponderBorrar