13.12.10

Mashup.

Es mi primer muchas cosas: primera familia política a la que viajo a conocer, primero del que pongo una foto en mi habitación en un marco bonito, primero con el que no me agobia pasar tanto tiempo juntos.

Fue la primera vez que fui a un hotel como una adulta. Sin viajes de fin de curso, sin familia. Sólo nosotros y la habitación 117, desde cuya cama se veía el mar.
Las cortinas blancas, la ducha conjunta, las toallas que no se secaban, mis pies lastimados, descubrir todo un mundo nuevo.

Al despertarnos, primero me daba un beso a mí, y después a mi marca de nacimiento. Al acostarnos primero se lo daba a mi marca de nacimiento.

Hablé 10 horas seguidas con él. Diez horas seguidas.

La primera mañana que nos despertamos juntos, abrazados y con mariposas en el estómago, fue la mañana más clara y brillante de mis cinco años en Sevilla. E intentar mantener el secreto fue divertido los tres días que duró.

Me hizo sentir deseada, realmente deseada, por primera vez en mucho tiempo. Fue el primero en el que me fijé cuando llegué, y dos años y pico después, el primero con el que me acosté.

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