1.12.10

Larvae.

Insomne me dijo que estaba muy bien saber que todo lo que necesito para salir corriendo está en mi mochila.
No es así.
Estoy demasiado atada, enredada en esta realidad y en esta vida, como para dejar todo y escapar. No puedo cortar ciertos lazos.
Lazos de sangre, lazos de amor, lazos de costumbre, lazos de tiempo, lazos de experiencias.
No puedo deshacer lo que está hecho, romper lo que está unido, viajar con poco equipaje.

Siempre llevo demasiado peso.
Siempre llevo demasiado peso para una persona que es Ciudadana del Mundo, que no tiene un lugar propio, que es de todos lados.
Pero ¡ah pequeña!, te olvidaste de un detalle: las mayores ataduras no son los lugares, son las personas.
Así que por más que seas una Ciudadana del Mundo, por más que puedas sentirte en casa en cualquier lugar, siempre tendrás que volver a los que querés. Siempre podrás volver a los que querés. Siempre necesitarás volver a los que querés.


El peso crece por momentos. Crece con cada encuentro, con cada vivencia. Y llegará un momento en el que no podré escapar, en el que estaré atada a un lugar y a unas relaciones para siempre.
Y eso sólo me da más ganas de salir corriendo.

El mundo es cada vez más complicado. Mi mundo, al menos. Por cada eslabón que se agrega en mi cadena aparecen más problemas, más complicaciones, más razones por las que huir sin mirar atrás.

Déjenme ser libre. Déjenme huir de mis problemas, ser irresponsable, saltar de sitio en sitio, volver a empezar. Déjenme reinventarme.
Porque cuando tuve la oportunidad, cuando realmente empecé de nuevo, no supe apreciarlo. Seguí siendo la misma, demasiado aferrada a mis propios pájaros en la cabeza, a mi supuesta grandeza, a lo que siempre me dijeron.

Podría haber sido cualquiera, y elegí ser yo, una yo que se fue alejando cada vez más de lo que era en realidad, para transformarse en esta larva cobarde y vaga que no se atreve a romper cosas, a hacer ruido, a lograr que alguien se dé cuenta de que existe.
Esta larva que dejó toda su magia por el camino y que ni siquiera puede keep her sh*t together.

Ojalá pudiese cargar todo mi peso en una mochila.
Ojalá pudiese ser tan libre.
Ojalá pudiese salir corriendo de verdad.
Pero estoy trabada acá.

4 comentarios:

  1. ¡Claro que puedes! Tu gente no te va a seguir, pero tampoco van a desaparecer. Se supone que están aquí para apoyarte cuando lo necesites, no para encadenarte a ninguna parte.

    Nadie querría obligarte a que te quedes en ninguna parte.

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  2. Y si quieren obligarte más vale que escapes corriendo lo más rápido que puedas.

    No me gusta nada esta entrada. No sé si es que en realidad eres tú la que no se quiere ir por las cosas que tienes ahí, y te duele ver como no te pareces a como pensabas que ibas a ser hace unos años (eso explicaría por qué te sientes más así cuanto más se acerca el momento en el que estarás liberada de tus obligaciones académicas) o qué es lo que ocurre realmente. Pero te veo como un pajarito que golpea los barrotes de su jaula con todas sus fuerzas para intentar escapar desesperadamente... mientras justo detrás está la puertecita de la jaula abierta.

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  3. Vaya si puedes. Es más, es una costumbre muy sana ir ligera de equipaje y viendo la situación, yo hasta diría que DEBES.

    Estoy con ManuelD-LLO. La gente a la que realmente estás unida, va a seguir ahí. Y conocerás a nuevas personas a las que te unirás. Y así per secula seculorum. A este proceso se le llama vivir :)

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