Era raro verlo y saber que no era mío, verlo y no poder tocarlo.
Tener que escondernos para hacer lo que hacemos siempre.
No poder decir ciertas cosas.
Amordazar a los demás como medida preventiva.
Era raro no poder mirarlo como siempre.
Verlo interactuar con alguien nuevo, de otra manera.
Sentirme cohibida, acomplejada, inferior a.
Pero aún así seguíamos siendo nosotros.
Aún así vino y me susurró lo que sabía que necesitaba escuchar.
Aún así algo me impulsó a buscarlo y disculparme, y cuando nos miramos supo que tenía que disculparse también.
Aún así buscamos la manera de ser nosotros sin hacer daño.
Nosotros y los otros.
Y eso no cambia.
Tu blog es precioso!Te sigo si no te importa, pásate por el mio si te apetece!;) Un besazo
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