3.10.10

"With my hands open and my eyes open I just keep hoping that your heart opens"

Podría escribir nuestra historia mil veces, de mil maneras distintas. Podría escribirla entera, de golpe, o ir contando trozos a lo largo de los años.
Pero la verdad, la verdad desnuda de nuestra relación, permanece alejada de lo que soy capaz de contar con palabras.
Somos amigos, fuimos amantes, somos parte del otro, nos hacemos cruzar el límite mutuamente, volvemos al punto de partida varias veces, nos miramos a los ojos y hay más de lo que dicen las palabras, vivimos a través de nuestros olores, pasamos horas pensando en el otro y hablando con el otro, competimos en el terreno académico y audiovisual (y siempre gana él), vivimos varias vidas imaginadas, seguimos intentando algo imposible.
Anoche, un septiembre más, hablamos de pie en medio de la Feria. Esta vez no pudieron ser horas. Tuvimos que conformarnos con bastante menos.
Anoche las frases incompletas significaron mucho más.
Anoche finalmente dijimos directamente lo que los dos sabíamos y sabíamos que el otro sabía.
Nosotros somos así. Y por más que ya no podamos tener la misma relación que antes, no podemos evitar mirarnos a los ojos y saber que hay mucho más. Pero también sabemos que no hay nada más.
Que nunca tendremos una relación normal, que nunca tendremos una relación propiamente dicha. Porque él es como es y yo soy como soy y él es como es.
Así que ya no cuento la historia del amor de mi vida, porque lleva mucho sin ser el amor de mi vida. Porque encontré otros amores de mi vida que sí quieren serlo.
Porque nunca quisimos lo mismo, pero aún así nos queremos.
Así que seguimos siendo nosotros, y ocultando al mundo lo que somos, porque desde fuera parece una locura, una insensatez, algo malo y que hace daño.
Y no lo es.
Nos queremos y deseamos lo mejor para el otro. Somos parte de su sistema de apoyo. Nos divertimos y nos hacemos reír. Tenemos mucha historia juntos, y eso va a ser así siempre.
Simplemente, no es algo convencional, porque nosotros no lo somos.

Y aunque sé todo esto, no pude evitar sentir que una era se acababa. La era donde todavía fingíamos que podíamos tener todo lo que queríamos.

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