Cuando vuelvo de noche por las callejuelas de mi barrio de adopción, intento no hacer ruido.
Rebajo la energía, ralentizo mi zumbido interno, piso con cuidado, hago que mi aura brille menos.
Me mimetizo, me transformo en sombra.
Soy un árbol, una papelera, parte del ambiente nocturno.
Alejo posibles depredadores, no represento una víctima indefensa aunque lo sea.
Ya no llevo una lima en el bolso. Ya ni sé dónde está esa lima.
Pero me vuelvo invisible.
Con algo de suerte, esto será suficiente.
Yo hago justo al contrario. Piso fuerte, pongo cara de mala leche, me vuelvo incandescente. Mi aura está al rojo blanco. Lo que percibe quien me ve es "Atrévete a acercarte y verás".
ResponderBorrarLos animales también tienen distintos modos de sortear situaciones, pero siempre he creído que lo más inteligente es, efectivamente, el escapismo.
Qué curioso.
Ponte mis botas de matar y hablamos xD
ResponderBorrar