Hasta que te conocí, no entendía por qué las parejas de las películas, después de mucho tiempo sin verse, se abrazaban en vez de besarse.
Pensaba que, después de una separación prolongada, lo primero que haría, lo lógico, lo normal, sería besar a la otra persona.
Hasta que te conocí, nunca había sentido ese deseo de tocar, de sentir al otro, de abrazarlo porque no podés creer que es real y físico.
Hasta que te conocí no supe lo que es que mi cuerpo eche de menos al tuyo.