25.3.13

Int.Noche

En la oscuridad empezaste a acariciarme. 
Despacio, suave, contemplativo. 
Suave, intenso, creciente. 
Los nervios de la superficie de mi piel intentaban seguir el movimiento, adelantarse al siguiente toque. No lo lograban.
Me estiraba como un gato, intentando poner más superficie acariciable debajo de tus manos, intentando que me tocases más, mejor. Intentando sentir más, mejor.
Suave, intenso, creciente. Inaguantable.
Ese placer dio paso a otro placer. Más carnal, más salvaje, más húmedo.
No hablábamos. No hacía falta. Tus manos y mi cuerpo y nuestras respiraciones y mis gemidos decían suficiente.
Algo cambió. Una explosión, un no poder aguantar más.
Murmullos ahogados y arrancar ropa interior y esa violencia controlada, ese poder que yo te doy de hacerme daño, de hacerme sentir pequeña y grande a la vez, a tu merced pero más segura que nunca.
Amada, venerada, magullada.
Querida, sexual, poderosa.

Después
La calma.
Las caricias.
Nosotros.

Home is wherever I'm with you.

Él dice que le gusto más así, apoyada en su pecho mientras me rodea con el brazo.Yo nos gusto más así.
Estoy calentita, y segura. Puedo relajarme, puedo descansar, puedo dejar de preocuparme por todo.
Nada puede tocarme mientras esté ahí. Nada malo puede pasar.
Su cuerpo, sus latidos, su calor, y estoy en casa.

1.3.13

Edmundo de Amicis.

No fue el largo viaje en autobús a Nervión para comprar las entradas del Festival de Sevilla.
No fue la noche en el Eureka con sus cervezas de más y los pufs y las luces.
No fue la conversación eterna y que nos dejó con ganas de más del día que me pasé por su piso, y hablamos mientras él fregaba justo antes de irse a casa para pasar el finde, y casi pierde el tren.
No fue organizar un cumpleaños juntos, relevándonos el uno al otro en una semana larguísima y llena de películas.
Ni siquiera fue la práctica de Realización I que hicimos juntos, esa en la que me dijeron por primera vez que teníamos química.

El momento en el que me dí cuenta de que había algo ahí fue cuando, volviendo de algún sitio por Torneo, hablamos sobre 'Corazón' y 'Mujercitas'. De como las historias de 'Corazón' nos ponían tristes, y que hay que ser muy cabrón para darle eso a un niño. 
Eras la primera persona que había que conociese que había leído ese libro.
Ese fue el momento exacto en el que me empezastes a gustar.